lainformacion.com|(EUROPA PRESS)|05.08.2015
En el trabajo, publicado en la revista 'JAMA' y liderado por Joanne Klevens, se incluyeron a las mujeres que eran víctimas de violencia de género o estaban en riesgo de serlo en 3 grupos. En el 1º, se les suministró una serie de herramientas informáticas y una lista con recursos locales, en otro se les ofreció sólo la lista con recursos para evitar un caso de violencia de este tipo, y en el último no se les facilitó ninguna herramienta preventiva o de ayuda.
De esta forma, los investigadores no encontraron diferencias en la calidad de vida de las mujeres de los tres grupos, ni en las bajas laborales, en el uso de los servicios de salud o, incluso, en las veces que habían sido agredidas por sus parejas.
Además, los autores analizaron las veces que habían acudido a los servicios sanitarios durante 3 años. En este sentido, de las 2.708 mujeres asignadas al azar, sólo 8 no tenían un historial médico electrónico y el 15 % informó que sufría violencia de género 1 año antes de realizarse dicho historial.
Para la muestra total, las estimaciones ajustadas no mostraron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de estudio en el nº de hospitalizaciones (0,2), visitas a Urgencias (0,7), o visitas de atención ambulatoria (12,2) en los 3 años siguientes a la inscripción. Además, tampoco se encontraron diferencias en estos resultados entre el subgrupo de mujeres que reportaron haber experimentado violencia de pareja en el año antes de la inscripción.
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