Stefanía Valdez / Tegucigalpa, Honduras /2.07.2015
Miles de
niños sufren el estrés del divorcio de sus padres cada año. La forma en que reaccionan depende de su edad,
personalidad y las circunstancias concretas del proceso de separación y
divorcio.
A los niños les cuesta mucho entender que uno de sus padres ya no vivirá
más con ellos, así que los papás tienen la misión de ayudarlos a superar esta
situación. Aunque estén separados, los padres tienen que poner de su parte para
llevar una buena relación frente al hijo.
En la vida real no todo es un cuento de hadas. Tal
es el caso del matrimonio, en el que algunas
parejas no viven felices para siempre, lo cual genera una ruptura
completa de la relación y llegan a la instancia de un divorcio. Los valores de la sociedad han cambiado y hoy en
día hay un sinnúmero de situaciones que se prestan como detonadores para
suscitar el divorcio. De cualquier forma y por la causa que sea, probablemente los más afectados son los hijos,
quienes en muchas ocasiones son víctimas y testigos
mudos del caos matrimonial. Miles de niños
sufren el estrés del divorcio de sus padres cada año. La forma en que
reaccionan depende de su edad, personalidad y las circunstancias concretas del
proceso de separación y divorcio. Todo divorcio
tiene repercusiones sobre los niños implicados, muchas
veces su reacción inicial es de conmoción, tristeza, frustración, enfado o
preocupación. Pero los niños también pueden
salir de un proceso de divorcio más preparados para afrontar el estrés.
Tenga en cuenta que el amor es la causa principal por la que sus hijos están en
este mundo. Ámelos, cuídelos, no se convierta en un padre que solo provee
dinero, no se vuelva una madre que perdió las ganas de vivir; sea
incondicional, sabio y sobre todo responsable de la maravillosa bendición que
tienen en su vida: sus hijos.
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