Por: JuanAndrés Pardo/28 de mayo de 2015
En Argentina más
de 1800 mujeres murieron por violencia de género en los últimos 6 años. En
Uruguay, una encuesta del gobierno reveló recientemente que 7 de cada 10
mujeres ha sufrido algún tipo de violencia de género en su vida.
La terrible cifra
en aumento de los feminicidios tiene como principal causa, a la cultura de cada
sociedad. Son muchas las acciones que tendremos que realizar para atender a
esta preocupante realidad que ha llevado a la muerte a miles de mujeres y a
otras tantas a padecer el miedo constante en sus vidas. Estamos en sociedades
patriarcales y machistas donde los medios masivos juegan un rol muy fuerte y
lamentable en el asunto, que reduce a las mujeres a meros objetos sexuales y
naturaliza una cultura deplorablemente cosificadora. Las formas de hablar no
son tema menor en el problema, por el contrario son parte importante en el
asunto y aquí sugerimos algunas de las frases que indefectiblemente debemos
eliminar de nuestro léxico.
“Algo habrá hecho”
Hace unos días,
Mirtha Legrand entrevistaba a una actriz y cantante argentina, víctima de
violencia doméstica y le preguntó “¿Qué había hecho para que el marido la
golpeara?”. Una pregunta tan ingenua como preocupante por la naturalidad con la
cual la señora de los almuerzos la realizó. Lo cierto es que no son pocas las
personas que caen en la misma cuestión cuando son informadas de un hecho de
abuso y/o muerte de una mujer y los medios suelen caer en averiguaciones sobre
la vida privada de la víctima, como si así pudieran encontrar la causa del
hecho. ¿Es que es acaso justificable una agresión, abuso y/o asesinato de una
mujer?
“Esa mina es una trola”
Típico comentario
que abarca a todas las esferas sociales, edades y aún peor: género. Es que
todavía existe la idea de que la chica que es “muy salidora” o la que anda con
más de un chico es “zorra” o “buscona”, sin embargo no es así cuando se trata
de un hombre. Es más, todavía vivimos en sociedades donde por naturalidad al
varón se lo considera “un vivo” cuando está en esa situación, pero nunca
“puto”.
“No sabía que era menor”
Tradicional frase
de hombres que son procesados o acusados de explotación sexual de menores. Tan
así es, que desde hace un tiempo forma parte de una campaña de prevención
realizada en Uruguay contra la problemática (Nohayexcusas.org.uy)
El argumento no es
solo ridículo, sino que también es una gran falacia, porque lo cierto es que
tristemente hay hombres dispuestos a cometer este delito sin plantearse ninguna
barrera y lo que es peor, hay sociedades donde esta situación se da casi por
sentada, incluso llegando a ser condenadas las propias víctimas por encima de
esos deplorables señores.
“A las mujeres no se les pega”
Estamos de acuerdo
con la frase, pero en realidad… a nadie se le debe pegar. Si bien esas palabras
esconden una defensa del género, en realidad a la misma vez implica una
complicidad sobre la violencia. En cierta medida lo que se dice es “no pegues a
una mujer”, pero “sí a otras personas” y la verdad es que la violencia no ayuda
en ninguna situación, salvo cuando se requiera defensa personal.
“No podés vestirte así”
Otra frase muy
común que abunda en nuestras sociedades. Nunca faltan los comentarios a una
mujer que se vista demasiado sexy o “provocativa”. ¿Quién tiene el derecho de
juzgar a las personas por su forma de vestir? En realidad… nadie, pero sin
embargo hay una cultura en la cual también se ha naturalizado dicho juicio.
Como reflexión
final: ten cuidado a la hora de hablar, porque aunque te pueda parecer
descabellado, muchas veces una simple frase encierra una cultura primitiva con
respecto al género y a su vez conllevan a la complicidad en situaciones y
episodios muy tristes por las cuales miles de mujeres han muerto o con las que
otras tantas deben lidiar día a día.
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