Por Philip Pullella
ROMA © Thomson Reuters |jueves 23 de abril de 2015 Italia ha reducido drásticamente el tiempo que se tarda en obtener un divorcio, pasando de 3 años a 6 meses, en un signo que se suma a la tendencia de la Iglesia a perder influencia sobre la vida y las políticas en el país.
Este cambio forma parte de los esfuerzos del 1º ministro, Matteo Renzi, para lidiar con la tan odiada burocracia de Italia. "Otra promesa cumplida. Vayamos hacia adelante", tuiteó el 1º ministro después de que la ley se aprobara en el Parlamento a última hora del miércoles. La rápida aprobación de esta norma subraya cómo la Iglesia católica ha ido perdiendo de forma gradual su poder sobre la moral y la política italiana. Cada vez más jóvenes católicos se van a vivir juntos o tienen hijos sin estar casados, y muchos alcaldes del país ya han registrado los matrimonios homosexuales celebrados fuera del país.
La ley de "divorcio rápido", que fue aprobada en la cámara baja por 398 votos a favor frente a 28 en contra, recorta el tiempo que los italianos tienen que esperar para la tramitación de los divorcios a solo 6 meses en casos no impugnados, y a 1 año en los que sí lo están.
"La Iglesia realmente ni siquiera ha opuesto resistencia en esta ocasión porque se han dado cuenta de que era un caso perdido, y no querían caerse de bruces en un acto de heroísmo inútil", dijo a Reuters Alberto Melloni, historiador de la Iglesia.
El divorcio no se legalizó en el país hasta 1970, pero como concesión a la Iglesia, la ley impuso un período obligatorio de 5 años de separación cuyo objetivo era hacer que la pareja reconsiderara la opción de hacerlo definitivamente.
En 1987, este período se redujo a 3 años.
ROMA © Thomson Reuters |jueves 23 de abril de 2015 Italia ha reducido drásticamente el tiempo que se tarda en obtener un divorcio, pasando de 3 años a 6 meses, en un signo que se suma a la tendencia de la Iglesia a perder influencia sobre la vida y las políticas en el país.
Este cambio forma parte de los esfuerzos del 1º ministro, Matteo Renzi, para lidiar con la tan odiada burocracia de Italia. "Otra promesa cumplida. Vayamos hacia adelante", tuiteó el 1º ministro después de que la ley se aprobara en el Parlamento a última hora del miércoles. La rápida aprobación de esta norma subraya cómo la Iglesia católica ha ido perdiendo de forma gradual su poder sobre la moral y la política italiana. Cada vez más jóvenes católicos se van a vivir juntos o tienen hijos sin estar casados, y muchos alcaldes del país ya han registrado los matrimonios homosexuales celebrados fuera del país.
La ley de "divorcio rápido", que fue aprobada en la cámara baja por 398 votos a favor frente a 28 en contra, recorta el tiempo que los italianos tienen que esperar para la tramitación de los divorcios a solo 6 meses en casos no impugnados, y a 1 año en los que sí lo están.
"La Iglesia realmente ni siquiera ha opuesto resistencia en esta ocasión porque se han dado cuenta de que era un caso perdido, y no querían caerse de bruces en un acto de heroísmo inútil", dijo a Reuters Alberto Melloni, historiador de la Iglesia.
El divorcio no se legalizó en el país hasta 1970, pero como concesión a la Iglesia, la ley impuso un período obligatorio de 5 años de separación cuyo objetivo era hacer que la pareja reconsiderara la opción de hacerlo definitivamente.
En 1987, este período se redujo a 3 años.
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