domingo, 14 de septiembre de 2014

¿Por qué hay tantos divorcios en los últimos años ?


Fuente: www.imujer.com/12/09/2014
Las cifras de divorcios cada día aumentan, existiendo casos en los que ciertas regiones o países superan las cuotas de divorcios a las de casamientos.
Una peculiar revolución cada día más en auge a juzgar por ciertas cifras, y cuyas claves vamos a analizar en este artículo que plantea el por qué hay tantos divorcios en los últimos años.
Divorcios: Ego y libertad
Más de medio millón de matrimonios se rompieron durante la última década. En España, por ejemplo, existe 1 divorcio cada 4`30¨, mientras en EE.UU. un 50% de estas uniones se rompen. Algo lleva sucediendo durante estos últimos años en los que el divorcio muestra la otra cara de los cuentos de hadas y la concepción del “juntos para siempre”. 
En 1º lugar existe la liberación de la mujer en el sector laboral, lo cual le permite mantener una independencia económica ligada a un estilo de vida auto suficiente como soltera, viuda o divorciada. Este fenómeno, lejos de ser malo, rompe con la antigua imagen de mujer sumisa que soportaba infidelidades, malos tratos o que, simplemente, no estaba enamorada de un marido del que dependía económicamente y con el que había sido emparejada casi a la fuerza. Este cambio tuvo lugar hace unos 40 años en Occidente, mientras que en los últimos años comienza a sucederse en países como India o China.
Vivimos en un mundo que cada vez ofrece más oportunidades personales, modos de conocer otras personas y tipos de relación. Todo ello por no hablar de la independencia laboral y económica o fiebres como las redes sociales (un 66% de las parejas que rompieron en USA fue debido a las redes sociales).
Todos estos matices permiten a la persona cultivar su ego, aspirar a algo por y para él mismo. También todo es más fácil, por lo que nos cansamos enseguida sabiendo que existen otras rápidas posibilidades, conformando un cierto patrón que mucho han calificado como una gran crisis de valores.
Una humilde opinión
Antes, las personas se casaban con otras por presión social, tradición familiar o dependencia económica. Hoy día quizás aún sobrevivan tales valores pero en menor medida, creyendo que las personas se casan por amor pero… ¿y si es por miedo? ¿Y si el miedo a perder esa zona de confort nos lleva a comprometer un vínculo? ¿Por qué tantas parejas mantienen un noviazgo de 10 años para separarse un año después de haber contraído matrimonio?
La respuesta es muy sencilla: porque nos aburrimos, porque somos ambiciosos y porque la concepción del amor para muchos es confundida con dependencia emocional, posesión y celos. Un miedo que, sumado al pavor que nos produce la soledad, equivale a un matrimonio aún más agobiante, pues luego también creemos pensar que debemos tener hijos para “arreglar” esos problemas de pareja. Todo esto sin generalizar por supuesto.
Nos dejarnos conquistar por un mundo colmado de deseos, de nuevos sabores, experiencias, personas y ambiciones llevándonos a una situación en la que priman la libertad y el inconformismo por igual. Y, como alguien dijo una vez, en lugar de arreglar algo roto, preferimos tirarlo. 
La razón por la que hay tantos divorcios en el siglo XXI va desde la independencia económica de la mujer hasta la autonomía para elegir pareja, pasando por los recientes divorcios en grandes potencias asiáticas, lo cual equivale a doblar las cifras globales.
Sin embargo, hay algo que aún se mantiene oculto tras tanta decepción y desamor, unos patrones quizás obsoletos para unas mentes ansiosas que quizás no se han replanteado diseñar una propia relación donde primen nuevos valores. Sólo entonces existirá un equilibrio.

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