Cada año se tramitan en Galicia entre 6.000 y
8.000 divorcios o separaciones. Algo menos de la mitad acaban en un
proceso contencioso con los consiguientes perjuicios que el proceso
genera para los 2 miembros de la pareja rota y especialmente, en el
caso de que los haya, para sus hijos. Teniendo en cuenta que se puede
aplicar una media de 1 hijo por pareja, entre 3 mil y 4 mil
niños gallegos se ven mezclados anualmente en estos procesos de
separación no consensuada y, aunque no hay estadísticas fiables al
respecto, muchos expertos consideran que alrededor de la mitad pierden
el contacto con su familia extensa. El problema, pues, afectaría a entre
1.500 y 2.000 menores anualmente.
El cálculo está sujeto a diversas variables muy
difíciles de constatar ya que, por ejemplo, las estadísticas de
divorcios no registran a las parejas de hecho que, obviamente, también
tienen hijos y están sujetas a separaciones. Con todo, algunos estudios
efectuados fuera de Galicia alertan sobre la dimensión del problema. En
el Reino Unido, por ejemplo, se considera que 1/3 de todos los
menores cuyos padres pasan por un divorcio, acaban perdiendo el contacto
con la familia extensa de 1 de sus progenitores. Otros estudios
efectuados en España, calculan que en 1 de cada 6 parejas con hijos
que pasan por un divorcio, el contacto del menor con una de las partes,
normalmente el padre, desaparece absolutamente.
Consecuencias nefastas
Los psicólogos consideran que las consecuencias
para los menores son muy nocivas y pueden llegar a ser nefastas en
función de la edad del niño. Los problemas van desde el rendimiento
escolar hasta el equilibrio emocional con un claro impacto en el
desarrollo de su personalidad. Frente a esta problemática, algunos
colectivos reclaman la necesidad de que sean estimulados recursos como
la custodia compartida o la mediación familiar: «O problema é que nos
procesos contenciosos saen todo tipo de miserias. Unha parte considérase
vencedora e a outra, vencida. E os vencidos non acatan o lles costa
acatar ás sentencias», expresa Lois Toirán, responsable en Lugo de la
Asociación de Pais e Nais Separados.
Las asociaciones de separados y divorciados
abogan por un mayor protagonismo de los órganos de mediación que
posibiliten alcanzar el divorcio con un consenso: «É o mellor xeito de
que os acordos sexan máis xustos e se cumpran», opina Toirán. Sin
embargo y pese a que la mediación cobra cada año algo más de
protagonismo, no ha conseguido todavía evitar la conflictividad en los
divorcios y separaciones cuyo porcentaje de contenciosos sigue
moviéndose entre el 43% y el 45% independientemente del número de
divorcios que se registren y pese a que esta cifra sí sufre altibajos,
principalmente a causa de los vaivenes de la economía.
Los colectivos de padres separados apuntan a que
las sentencias que suelen dictarse ciñen las visitas de los padres no
custodios a fines de semana alternos y una tarde a la semana, lo que
supone menos de un 20% del tiempo del menor. Creen que es un periodo muy
insuficiente para su correcto desarrollo: «Na práctica converte ao pai
nun padriño ou nun familiar lonxano e non nun verdadero educador»,
afirma Lois Toirán. También señalan que en aquellas comunidades donde se
ha ido desarrollando una legislación que fomenta la custodia
compartida, como Cataluña, Navarra o Aragón, la conflictividad ha
descendido, primando en las cuestiones de custodia a los padres más
favorables a llegar a un acuerdo.
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