En tan solo 1 año los juzgados españoles pasaron de abrir 450 a 752 diligencias.
En el 90% de los casos son las madres las que retienen a los hijos.
Silvia Cruz | Barcelona | 10/10/2013 .-
La mayoría de sustracciones parentales son protagonizadas por las madres, según el Ministerio de Justicia (GYI)
La Memoria 2012 de la Fiscalía General del
Estado habla de un incremento “significativo” de los supuestos de
sustracción parental, término jurídico que se le da al secuestro de un menor
a manos de uno de sus progenitores.
“Debido a la globalización y a las
migraciones, hay más matrimonios binacionales. Cuando se produce una
separación o un divorcio, es habitual que uno de ellos opte por regresar
a su país o por migrar en busca de mejores perspectivas laborales”,
apunta como una de las causas principales del aumento de casos la
letrada Silvia Andrea Sejas, de Sejas-Pardo Advocats y especializada en
el tema.
El incremento ha sido del 67,11%, lo que ha supuesto que en
2011, fecha de la última memoria fiscal publicada en septiembre, se
abrieran 752 diligencias, cuando en 2010 se registraron 450.
Eso
fue lo que le pasó a Iñaki Perujo, un arquitecto de 38 años que no ve a
su hija desde enero de 2013: “Después de decirle a mi mujer que quería
separarme, sospeché que podría irse con mi hija que tenía 8 meses.
Escondí el pasaporte para evitar que se fuera a México, de donde somos
los 2, pero luego me confié. Poco después me enteré por un whatsapp de que se había llevado a mi hija a Ciudad de México”.
Motivos de alarma
El caso de Iñaki es el más común en este tipo de secuestros.
Según datos del Ministerio de Justicia, en el 90% de los casos es la
madre la que se lleva al menor sin consentimiento del padre y pone pegas
para que lo vea. “La mayoría son mujeres y por mi experiencia, puedo
decir que en el resto de casos, los hombres que se llevan a un menor
suelen ser de un país musulmán”, explica Sejas a La Vanguardia.com.
Desde la asociación Anar
(Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) dan unas claves que deben
poner sobre aviso: rupturas conflictivas, diferencias culturales mal
gestionadas en la pareja, impedimentos para que el menor se relacione
con el otro progenitor o en casos de maltrato, es conveniente tomar
medidas.
“Como medida preventiva hay que solicitar ante las autoridades
la prohibición de salida del país del menor en disputa y para estar
seguros se pide retirar su pasaporte, principal documento para viajar a
cualquier país hasta que ambos padres acuerden un plan de parentalidad y
régimen de visitas que respete los derechos del niño”, explica la
abogada, que indica que el verano es la época del año en la que el padre
o la madre aprovechan las vacaciones del niño para sacarlo del país o
de su domicilio habitual.
“Me siento desprotegido”
Eso
fue lo que le pasó a Iñaki, que no ha visto a su hija desde que su
mujer se la llevó en verano de 2012. “Una juez mexicana decretó la
restitución inmediata de la niña a su lugar de origen, Barcelona, sin
embargo la madre interpuso un recurso y ahora todo está parado en
México”, explica este mexicano con nacionalidad española que tiene
pendiente una vista en Barcelona para el juicio de divorcio y decretar
la guardia y custodia de la niña.
Pero Iñaki dice sentirse desprotegido:
“Hasta este momento, la madre de mi hija no ha cumplido ni con la
sentencia de medidas provisionales, ni con lo que ella acordó conmigo,
ni con lo que dictaminó la juez mexicana y al parecer, no hay forma real
de hacerla cumplir nada. Si el Gobierno español no permitiera la salida
de los menores sin una autorización oficial firmada por los dos padres,
se evitarían muchos de éstos problemas”.
Sejas
informa de que una vez se ha producido el secuestro, hay que contar con
un abogado para que lo reclame a la Autoridad Central en Madrid y se
cumpla la Convención de La Haya.
Dicha convención se aprobó en 1980 y prevé “el rápido retorno de hijos
indebidamente removidos o retenidos”. La premisa es que la custodia de
un hijo secuestrado debe ser decidida por los tribunales en el
país de residencia habitual del menor y no por los actos del padre o la
madre que retiene al niño ni por los tribunales del país al que se haya
trasladado. El problema, tal como indican Silvia Andrea Sejas y las
entidades de ayuda a las familias que viven esta situación, es que
muchos de esos países a los que se ha llevado al menor no tienen
suscrito dicho acuerdo y la devolución puede demorarse durante años.
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