Saludos: Aquí, dejando un
comentario para una tal "abogada" en el blog de Miguel Lorente Acosta, el rey de la igualdad:
todos los animales son iguales pero unos más iguales que otros. No queda más
remedio que repetirse, porque ellos también se repiten y la cosa está en ver
quién es más cabezón.
PARA ABOGADA, que escribe "como madre y abogada",
por ese orden, o sea, que escribe como madre, porque es igual que si yo escribo
"como fontanero y abogado" y luego defiendo las ventajas de los
fontaneros, suponiendo que existan.
Le escribo en nombre de los
varones separados que NO nos negamos a pagar la pensión a nuestros
hijos, ni hemos dejado de pagarla en nuestra vida, pese a estrategias de la
otra parte como cancelar la cuenta bancaria sin avisar.
Lo que queremos es poder seguir en contacto asiduo con
nuestros hijos, por otro nombre CUSTODIA COMPARTIDA,
que es una cosa muy rara que existe en todos los países europeos que nos dan
sopas con onda en cuanto a políticas de igualdad.
Ya conoce usted la tomadura de pelo de la custodia
compartida de aquí: con el visto bueno del fiscal, que así manda más que el
juez (¡viva la independencia judicial!), y si ambas partes están de acuerdo,
bonita manera de estimular el desacuerdo y la guerra de géneros.
Porque lo que aquí se hace es meter a los hijos en un saco,
como si fueran cosas y no personas, junto a otras 2 cosas, vivienda familiar y
dinero de la pensión, de forma que quien se queda con la primera cosa se queda
con todo el saco y esa es la mujer, que para eso está, en pleno siglo XXI, como
si siguiera con la pata quebrada y en casa.
(Por cierto, aún estamos esperando una mediación familiar efectiva, como está
previsto que se desarrolle según la ley del divorcio, en vez de tanto enfrentamiento,
más beneficioso para las "abogadas" que para las "madres").
Si quedarse con los hijos no llevara consigo estas ventajas,
¿las mujeres seguirían deseando la custodia? Sin duda que sí pero, sin duda
también, estarían más dispuestas a compartir.
La solución no es, desde luego, eliminar la
pensión de alimentos, sino avanzar de una vez hacia la custodia compartida.
La cual no es "una semana en una casa y otra semana en
otra", como usted la caricaturiza, sino una sentencia a la carta, según
cada caso, en lugar de una sentencia de cortar, copiar y pegar, como las de la
custodia monoparental.
Frente a esos supuestos niños "alterados
emocionalmente" por la custodia compartida, que usted cita, ¿no conoce
también a algún niño fastidiado emocionalmente por haber quedado huérfano de un
padre que no ha muerto -o sí, muerto civilmente, salvo para pagar?
Ya me dirá qué niños son esos, que se quedan tan frescos
ante la pérdida efectiva de un progenitor. Va a dejar usted mal al señor
Lorente Acosta, que dice que no existen estrategias de manipulación contra los
niños para que odien al otro progenitor.
¡CUSTODIA COMPARTIDA YA!
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