TRIBUNALES
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El menor tiene 10 años de edad.
- La pareja cree que no es necesario porque disponen de un acuerdo
- Alegan que el menor sufre problemas psicológicos a consecuencia del divorcio
- '¿Es interesante causarle más dolor?, ¿puede aportar algo al pleito?', dicen
El juzgado de Primera Instancia nº 26 de Valencia ha apercibido a
una pareja con archivar su divorcio de mutuo acuerdo si no acude al
juzgado a ser oído en declaración uno de los hijos menores, de 10 años,
según el padre del niño, quien considera que esta citación no es necesaria porque ya dispone de un acuerdo de separación con su mujer, en el que no existen inconvenientes o pegas.
Este matrimonio, que se casó en el año 2000, firmó un convenio regulador de sus relaciones personales, filiales, matrimoniales y económicas referidas a su divorcio "con carácter amistoso".
En este escrito, acordaban que la vivienda familiar se la quedara la mujer, al igual que la custodia de los 2 hijos, de 7 y 10 años; que la mujer pudiera disfrutar del uso de una plaza de garaje por el plazo de 5 años; y que el hombre abonará unos 2.500 euros al mes por la manutención de sus hijos, así como otros gastos ordinarios y extraordinarios.
Asimismo, se establece que el padre verá a sus hijos todos los miércoles, fines de semana alternos y la mitad de las vacaciones.
Tras presentar la demanda de divorcio, de mutuo acuerdo, el magistrado acordó oir en declaración a uno de sus hijos menores, el de 10 años. A esta petición se opuso la pareja, algo que comunicó el padre, abogado de profesión, a la secretaria del magistrado.
Contra esta resolución, la pareja asegura que presentará un recurso en el que se oponen a llevar al juzgado a su hijo.
Así, alegan que el divorcio ha supuesto una "grave merma" para la felicidad y salud de sus hijos, principalmente del mayor, que cuenta con 10 años.
Asimismo, indican que desde que están separados, ha bajado su rendimiento académico, llora sin motivo aparente y ha precisado ayuda psicológica.
"Vive un auténtico infierno que yo y su madre hemos tratado de paliar instrumentando una separación amistosa", especifica el padre de los niños.
Por todo, preguntan al juez si necesita, para dictar una sentencia de divorcio, hacer "más daño" a su hijo: "¿es preciso que pase por ese trance en un mundo de mayores que ni entiende ni debe entender?", le interpelan. "¿Es interesante causarle más dolor?; ¿puede aportar algo su testimonio al pleito?; ¿acaso se ha presentado un convenio raro o con alguna cláusula no habitual?", insisten.
Según recoge la Ley de Divorcio al respecto, en este tipo de procedimientos, el juez podrá escuchar a los hijos si tienen suficiente juicio y si son mayores de 12 años, trámite que -según se expone- se realizará de forma privada y respetando, en todo caso, el derecho a la intimidad del niño y la confidencialidad.
En la ley, también se expone que en los divorcios de mutuo acuerdo, en la práctica, solamente en un porcentaje muy pequeño de asuntos se acuerda oír a los menores, y ello con la finalidad de no provocar un trastorno o trauma innecesario a los menores.
La pareja considera innecesario esta citación porque los padres han llegado a un acuerdo y el menor ya está sufriendo, según exponen.
En otros medios de comunicación aquí
Este matrimonio, que se casó en el año 2000, firmó un convenio regulador de sus relaciones personales, filiales, matrimoniales y económicas referidas a su divorcio "con carácter amistoso".
En este escrito, acordaban que la vivienda familiar se la quedara la mujer, al igual que la custodia de los 2 hijos, de 7 y 10 años; que la mujer pudiera disfrutar del uso de una plaza de garaje por el plazo de 5 años; y que el hombre abonará unos 2.500 euros al mes por la manutención de sus hijos, así como otros gastos ordinarios y extraordinarios.
Asimismo, se establece que el padre verá a sus hijos todos los miércoles, fines de semana alternos y la mitad de las vacaciones.
Tras presentar la demanda de divorcio, de mutuo acuerdo, el magistrado acordó oir en declaración a uno de sus hijos menores, el de 10 años. A esta petición se opuso la pareja, algo que comunicó el padre, abogado de profesión, a la secretaria del magistrado.
El menor, citado.
Sin embargo, el juez ha dictado una providencia en la que acuerda citar al menor, "bajo apercibimiento de archivo en caso de incomparecencia", según consta en la resolución consultada, contra la que cabe recurso de reposición, aunque se expone que pese a que se presente, se llevará a cabo la citación.Contra esta resolución, la pareja asegura que presentará un recurso en el que se oponen a llevar al juzgado a su hijo.
Así, alegan que el divorcio ha supuesto una "grave merma" para la felicidad y salud de sus hijos, principalmente del mayor, que cuenta con 10 años.
Asimismo, indican que desde que están separados, ha bajado su rendimiento académico, llora sin motivo aparente y ha precisado ayuda psicológica.
"Vive un auténtico infierno que yo y su madre hemos tratado de paliar instrumentando una separación amistosa", especifica el padre de los niños.
Por todo, preguntan al juez si necesita, para dictar una sentencia de divorcio, hacer "más daño" a su hijo: "¿es preciso que pase por ese trance en un mundo de mayores que ni entiende ni debe entender?", le interpelan. "¿Es interesante causarle más dolor?; ¿puede aportar algo su testimonio al pleito?; ¿acaso se ha presentado un convenio raro o con alguna cláusula no habitual?", insisten.
Otras acciones legales
Ante esta situación, en el escrito que remitirán al juez, los padres se oponen a que su hijo de 10 años acuda a prestar declaración. En caso de que el magistrado decida archivar la causa y no conceder el divorcio, la pareja se planteará otras acciones legales.Según recoge la Ley de Divorcio al respecto, en este tipo de procedimientos, el juez podrá escuchar a los hijos si tienen suficiente juicio y si son mayores de 12 años, trámite que -según se expone- se realizará de forma privada y respetando, en todo caso, el derecho a la intimidad del niño y la confidencialidad.
En la ley, también se expone que en los divorcios de mutuo acuerdo, en la práctica, solamente en un porcentaje muy pequeño de asuntos se acuerda oír a los menores, y ello con la finalidad de no provocar un trastorno o trauma innecesario a los menores.
La pareja considera innecesario esta citación porque los padres han llegado a un acuerdo y el menor ya está sufriendo, según exponen.
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