- Pedro Albundia|Wednesday, 30 January 2013|Austin, S. Antonio
No es el fin del mundo, pero debes poner de tu parte para no hacerte daño voluntariamente.
Tomaste la decisión. Después de mucho meditarlo y tras haber hecho el balance de los ‘pro’ y ‘contra’, decidiste que la vida que estabas viviendo no era la que querías.
Entonces te llenaste de fuerza y actuaste con valentía: te separaste y este es el inicio de una nueva etapa en tu vida.
Pero ahora la seguridad con la que te habías desenvuelto hasta hace un tiempito, ya no existe.
Hay una nueva realidad, evidente, embriagante, a la que no puedes ignorar.
Las cosas no volverán a ser como antes. Entonces te preguntas ‘Y ahora, ¿qué?’.
En esta etapa de incertidumbre, de sentimientos encontrados, habrá ciertos momentos en los que probablemente añores las cosas buenas que pasaste con tu ex pareja, como la seguridad y la comodidad. En otros, respirarás con alivio, porque sabes que lo peor ya pasó, que aunque ahora te vengan a la mente los momentos más bonitos, en el fondo sabes que aquellos eran los menos frecuentes.
Todas las reacciones y las emociones que afloren están permitidas.
Dale la bienvenida a lo que exteriorices: será tu manera de lidiar con lo que te está pasando. Es lo que necesitas en esta instancia para sanar por dentro y para encarar el futuro con la seguridad que está naciendo en ti, la cual se irá desarrollando gradualmente.
Aunque muchos aconsejan no involucrarse con una nueva pareja, en realidad no hay reglas. Si estás iniciando una nueva vida, en la que se puede comenzar a estudiar, retomar algo que se quedó rezagado, iniciar actividades de ocio que nos permitan conocer gente nueva, ¿por qué no dejar abiertas las puertas del amor? Al fin y al cabo, ya eres libre para hacer lo que te venga en gana. Permítete disfrutar y no dejes que los fantasmas del pasado te estropeen esta nueva oportunidad. Quién dice y el verdadero amor está esperándote allá afuera.
ALGUNOS CONSEJOS
Sentirte culpable no sirve de nada, aunque lo seas. La culpabilidad es un sentimiento que paraliza.
Deja de sentirte ‘víctima’ o te quedarás llorando una eternidad.
Intenta trazarte nuevos retos. Busca otros objetivos e ideales para afianzar tu autoestima.
Valora tus puntos débiles y ocúpate de trabajarlos para no cometer los mismos errores.
No dejes que tus emociones queden ancladas en el pasado y evita frases como ‘es lo mejor que he tenido’, ‘que haré ahora sin él’, o ‘sola no saldré adelante’.
Haz algún deporte, aunque sea caminar una hora al día. Eso aumenta los niveles de serotonina y evita la depresión.
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