jueves, 20 de octubre de 2011

Los efectos de un divorcio mal llevado

http://www.diarioprogresista.es/la-mate-porque-era-mia-6269.htm
La maté porque era mía



JUEVES, 20 de OCTUBRE de 2011 MARTU GARROTE

En España, hasta hace 40 años, las mujeres pasaban de la tutela de sus padres a la de sus maridos.
Sin la firma de uno de ellos no podían abrir una cuenta en el banco o viajar al extranjero.


La Sección Femenina daba consejos para mantener contentos a los maridos entre los que destacaban el tenerle preparada una buena comida, quitarle los zapatos y hablar bajo cuando el sacrificado esposo llegaba del trabajo a casa.
O prepararse rápida a la hora de ir a la cama y si el marido sugiere la unión entonces acceder humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer.
Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes.
Se obediente y no te quejes se les inculcó a nuestras madres a sangre y fuego en sus cerebros hasta el punto de soportar infidelidades, insultos, humillaciones y violencia física de los maridos como algo normal en un matrimonio.


Recuerdo que cuando me separé de mi segundo marido mi abuela me dijo que no lo entendía “si este no te pega”…
Para una mujer de su edad con que tu esposo no te maltratase ya tenías razones para seguir a su lado. Lo del amor, el respeto, la complicidad, el erotismo, el deseo, el compañerismo, etc. le resultan términos estratosféricos, algo fuera de la realidad.


En estos días asistimos con cierta resignación a lo que se ha denominado violencia de género y es raro el día que no nos desayunamos con la muerte o agresión de una mujer a manos de su pareja o ex pareja.
Quizá el hecho de aparecer en los medios de comunicación lo está convirtiendo en algo habitual y consiguiendo el efecto contrario al deseado, que lo asumamos como un mal inevitable.

En cambio, el caso de los niños desaparecidos de Córdoba ha supuesto una llamada de atención.
El hecho de que sus padres se estaban separando de manera no amistosa, el detalle de que el padre pidiera la custodia compartida pero la madre se negara, nos hace temer lo peor.
Y es en ese temor donde se esconde una nueva forma de violencia de género aún más cruel y despiadada.
Si se confirma que el padre los ha matado como una retorcida forma de venganza hacia la mujer que no le quiere, que le abandona, estaremos frente a un monstruo.


¿Cómo se puede llegar a odiar tanto a la mujer con la que has tenido hijos, a la que has amado durante años?
¿Cómo se puede cosificar de esa forma a tus propios vástagos para ejercer sobre unos niños tu venganza sobre ella?
¿Qué enfermizo mecanismo mental te lleva a pensar que ella es tuya y por tanto estás en tu derecho de matarla o de infringirle el peor de los sufrimientos a través del asesinato de sus hijos? (¿Donde está la presunción de Inocencia si no hay pruebas contra el padre de los niños?)


He tenido la experiencia personal de varios matrimonios o convivencias fracasadas.
Se que se sufre mucho por ambas partes, por el que se va y por el que es abandonado.
Pero nunca he sentido a mi santo como de mi propiedad y por tanto jamás he dicho me lo han robado, me lo han quitado o le odio por dejarme, sino que he afrontado la pérdida como algo de lo que aprender y he seguido adelante procurando no mirar mucho atrás.

Algo está fallando en esta sociedad del conocimiento cuando algunos hombres siguen considerando a las mujeres como algo de su propiedad y cuando algunas mujeres, algunas de ellas muy jóvenes, consienten estos comportamientos posesivos y agresivos de sus parejas como algo normal.

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