domingo, 21 de agosto de 2011

El divorcio y el estado del bienestar

http://www.mujeresenaccion.com/reportaje07_p4.html
Multitud de investigaciones demuestran que las consecuencias del divorcio están afectando de diversa manera al llamado “Estado del Bienestar”.
A partir de la década de los 90, diversos gobiernos se han comenzado a preocupar del tema, impulsando estudios sobre los Efectos Sociales del Divorcio.

El último informe interdisciplinario sobre el divorcio a escala mundial realizado en el año 2002 por la Universidad de los Andes de Chile, demuestra que los hijos de padres divorciados presentan:
1.- mayores dificultades en sus relaciones paterno-filiales y sociales,
2.- mayores problemas psicológicos y de fracaso escolar, y
3.- una mayor probabilidad de terminar su matrimonio en divorcio.

Otros estudios médicos demuestran que los hijos de padres divorciados presentan:
a.- un mayor nivel de agresividad,
b.- con aumento de delincuencia y drogadicción con respecto a los hijos de los matrimonios estables.
El informe interdisciplinario anterior continúa poniendo de manifiesto, que los cónyuges divorciados presentan más problemas de salud mental y física, teniendo:
1.- 6 veces más problemas psiquiátricos,
2.- entre el doble o el triple de probabilidad de suicidio o muerte por accidente;
3.- son 4,5 veces más propensos a abusar del alcohol y de las drogas o a ser adictos a éstos; y 4.- tienen mayores tasas de fallecimiento por enfermedades crónicas.

En la misma línea de investigación, la Dra. Linda J. Waite, profesora del departamento de sociología de la universidad de Chicago, y presidente de la Asociación de la Población de América, ha defendido en multitud de ensayos que estar casados mejora la salud física y psíquica, y alarga la vida.
En el año 2000, junto con la socióloga Maggie Gallagher, publicó “The Case for Marriage”, mostrando los beneficios que a largo plazo supone el matrimonio para la sociedad.
Por otro lado, las mujeres y los hijos experimentan un empobrecimiento tras el divorcio, formando hogares monoparentales que son el foco prioritario de los programas sociales del Estado.
Datos de 1994, reflejan que en Inglaterra el 77% de las madres divorciadas reciben ayudas estatales.
En el año 2000, un 34% de las familias monoparentales mantenidas por mujeres en EE.UU. se encontraban en condiciones de pobreza.

La realidad es, que para el cónyuge que vuelve a casarse -mayoritariamente son los varones los que vuelven a hacerlo-, se crean una serie de nuevos vínculos jurídicos y patrimoniales que por fuerza lo alejan de su primera familia, siendo difícil de mantener financieramente 2 o más hogares.
La mujer tiene que buscar un empleo que se ajuste a su situación sociofamiliar, con la consiguiente fatiga personal.
Por lo tanto, existe un gasto social generado por el divorcio que no se puede obviar.
Con respecto al índice de matrimonios en Europa, según informes europeos, ha disminuido de manera significativa, pasando de 8 a 5,1 bodas por cada 1.000 habitantes entre 1960 y 1995. Al mismo tiempo, se ha triplicado el índice de divorcios, que pasa de 0,54 a 1,8 por cada 1.000 habitantes (excepto en Irlanda).
Por lo tanto, se está produciendo una modificación de la estructura social en el ámbito mundial, que puede estar perjudicando las relaciones interpersonales.

Debido al aumento paulatino de la violencia doméstica, en 1999, la Unión Europea puso en marcha una campaña de sensibilización sobre la violencia ejercida en las mujeres.
El 96% y 94% de los encuestados mencionan el alcoholismo y la drogadicción, respectivamente como causas de la violencia doméstica.
El desempleo fue citado por el 79% de las personas interrogadas y la exclusión social, por el 75%.
En España, según diversos datos estadísticos de Servicios Sociales y de la Policía, la edad media de la mujer maltratada está entre los 30 y los 50 años de edad, aunque también se está incrementando las agresiones a mujeres de 20 años de edad.
Más de un 60% de las mujeres maltratadas no tienen trabajo remunerado.

Generalmente:
1.- son mujeres que ya han sufrido maltratos y agresiones durante la infancia.
2.- La mayoría de las mujeres maltratadas estaba casada o tenía pareja y
3.- casi en su totalidad se encontraba en proceso de separación o divorcio.
Curiosamente, según el Instituto Nacional de Estadística el mayor número de divorcios se produce en el mismo rango de edad (de 30 a 49 años), tanto para mujeres como para hombres, que la edad media de la mujer maltratada.
Creemos, que no hay que confundir el estado civil de las mujeres maltratadas casadas o en pareja, con las causas de dicho maltrato.
Es obvio, que si hay más mujeres maltratadas casadas o en pareja que solteras, es porque el número absoluto de mujeres casadas es mayor que el de solteras en ese rango de edad.
Ello no da por supuesto que el matrimonio favorezca el maltrato familiar.

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