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Pros y Contra de adquirir una casa a medias.
Cuando comprar una vivienda es cosa de 2.
Los precios de la vivienda hacen bastante complicado adquirir un piso de forma individual.
Cuando se hace entre 2 personas, existen ventajas fiscales.
Si la pareja se rompe, la deuda se seguirá compartiendo.
ALICIA ARAGÓN/Jueves, 16 de Junio de 2011
La hipoteca es una carga mucho más llevadera cuando se paga ‘a pachas’.
Esto lo saben de sobra aquellas parejas que han decidido vivir bajo un mismo techo como propietarios.
Para que la fiscalidad resulte ventajosa, habrá que estudiar primero qué tipo de declaración presentar en Hacienda.
Tratándose de un matrimonio, es posible acogerse a la modalidad conjunta, que tiene una tarifa más asequible que la individual.
Además, cuando uno de los cónyuges no obtiene renta alguna, es más conveniente.
“La pareja debería calcular cada año el resultado final de ambas declaraciones y optar por el mejor de los casos”, explica José María Mollinedo, secretario de Gestha.
La opción individual es más recomendable cuando ambos trabajan, dado que el límite de 9.015 € se multiplica por 2.
Los problemas llegan cuando se rompe el amor, dado que el Supremo ha resuelto que ambos miembros deben responder al 50%.
“Los gastos corrientes de la casa los paga quien la habita, pero la hipoteca sigue siendo de los 2”, declara Asunción Santos, de Legálitas.
¿QUIÉN SE QUEDA CON LA CASA?
Si el cónyuge con hijos se adjudica la vivienda al separarse y le paga la parte correspondiente al otro, “se considera una ganancia patrimonial entre el valor de adquisición inicial y lo que le abonan para saldar la deuda”, explica Mollinedo.
La tributación es del 19% o del 21%, lo que “tiene un efecto muy negativo. Esta circunstancia es algo que, habitualmente, se desconoce y luego causa sorpresa en la Renta”, indica el experto de Gestha.
COMPATIBILIZAR DEDUCCIONES.
El cónyuge que no resida en el inmueble, pero que siga pagando su parte de la hipoteca, sigue teniendo derecho a deducir por inversión en vivienda.
Incluso, si opta por irse a vivir de inquilino, podrá unir a la deducción por compra la de alquiler. (Depende de la edad del progenitor que abandona la vivienda que fue familiar)
Estas compatibilidades serán posibles “siempre que los hijos residan en la vivienda que era del matrimonio, porque si no hay hijos, es imposible aplicarse esta desgravación”, señala el responsable de Gestha.
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