http://www.123people.es/ext/frm?ti=person%20finder&search_term=maria%20cacho&search_country=ES&st=person%20finder&target_url=http%3A%2F%2Flrd.yahooapis.com%2F_ylc%3DX3oDMTVnY2locHRxBF9TAzIwMjMxNTI3MDIEYXBwaWQDc1k3Wlo2clYzNEhSZm5ZdGVmcmkzRUx4VG5makpERG5QOWVKV1NGSkJHcTJ1V1dFa0xVdm5IYnNBeUNyVkd5Y2REVElUX2tlBGNsaWVudANib3NzBHNlcnZpY2UDQk9TUwRzbGsDdGl0bGUEc3JjcHZpZANnd0JfdW1LSWNycVFsdDVPdm1FWTNSb1dXODV4bDB5b2xZWUFCYkMx%2FSIG%3D14g6s3eq3%2F**http%253A%2F%2Fwww.telecinco.es%2Finformativos%2Fsociedad%2Fnoticia%2F100012819%2FMe%252Bdijeron%252Bque%252Bme%252Bolvidara%252Bde%252Bque%252Bhabia%252Btenido%252Buna%252Bhija§ion=news&wrt_id=617
05.12.09 Rebeca San Cristóbal Orea
Cuando Antonio Blanco conoció a Keiko Yamaguchi en Salamanca nunca llegó a pensar en lo que podría derivar su relación.
En 2005 se vieron por primera vez. De una mera amistad, pasaron a mantener una relación sentimental que acabó en matrimonio y embarazo.
Fruto del mismo nació Isabel Shiori. Cuando las cosas empezaron a ir mal, decidieron divorciarse.
Hace 3 meses que Antonio no sabe nada de su hija y el futuro no se le plantea muy positivo.
Se ha puesto en contacto con el consulado español en Japón (donde sospecha que ha ido) y le han dicho "con buenas palabras, que me olvide de que he tenido una hija".
Esas duras palabras se las han dicho entendiendo la situación en la que se encuentra Antonio Blanco, pero sabiendo, al mismo tiempo, que al no existir un acuerdo bilateral entre España y Japón estos casos no suelen prosperar.
Es más, como en otro caso similar al de Antonio se encuentra José María Cacho, quien no ve a su hijo Martín desde hace más de 1 año.
En Japón no entienden que estas madres hayan cometido ningún delito (pese a saltarse la orden de un juez español).
En el caso de Antonio, la madre cuenta con la guardia y custodia de la menor pero no podía llevarse a la hija de ambos fuera de Salamanca.
Allí la jurisdicción es distinta, por lo que no moverán ni un hilo hasta que no comentan algún delito (o lo que las autoridades del lugar entiendan como tal).
"A su edad la madre la puede manipular" Como la niña tiene ahora 3 años, nació en octubre de 2006, la psicóloga Elena Borges, nos asegura que "no le quedará ninguna secuela, pues es muy pequeña. Lo que sí que se puede dar es el síndrome de alineación parental".
Se produce este tipo de síndromes cuando uno de los padres malmete contra el otro para tratar de destruir los vínculos que les unen. "A su edad, la madre la puede manipular", nos comenta.
"El que lo va a pasar mal en este caso es el padre. Tiene que aceptar el duelo porque, por lo que parece, no le queda más remedio. Y en esa situación, lo mejor que puede hacer es olvidarse de que tiene una hija. Suena muy fuerte y es muy sencillo decirlo, pero él lo pasará muy mal hasta que consiga pasar por todas las fases del duelo".
El juez se desentiende del caso
Pero Antonio Blanco no está dispuesto a olvidar. Se agarra con todas sus fuerzas a las únicas esperanzas que le quedan.
Cuando denunció la desaparición de su hija (el 25 de agosto de este año) en un primer momento, la policía hizo caso omiso.
Tuvieron que pasar 15 días para que procedieran a investigar.
"Lo que es tiempo suficiente para ir y volver de Japón varias veces", nos comenta.
Se llevó a cabo una breve investigación, pues el juez de instrucción nº 4 de Salamanca decidió que se dejase de investigar.
"Aún no entiendo por qué. Quizás es porque alguien ha metido la pata y no quieren seguir con el asunto. Aunque eso son meras suposiciones", nos cuenta.
En el mismo juicio "mi ex mujer mintió. Alegó que era arquitecto, cuando no lo es. Hasta sospecho que no tenga ningún tipo de estudio y que no sepa educar a nuestra hija".
También se cometieron varias faltas pues quien hizo de traductora de Keiko Yamaguchi "era amiga de la misma por lo que traducía las cosas como la convenía. Se la pilló en varias ocasiones haciendo esto", nos relata.
Trató de hablar con el juez y con el fiscal adscrito al juzgado de instrucción nº 4 de Salamanca, pero ninguno quiso recibirle para hablar con él.
Ahora mismo tiene abierto un recurso, pues las circunstancias han cambiado, "pero el juez no quiere investigar más", añade.
Investigador privado
Lo único que le dijeron los agentes es que habían averiguado que su ex mujer había comprado algo por Internet a la compañía aérea Air France.
"¡Algo!", nos relata algo exaltado, "como si se pudieran comprar muchas cosas que no fueran billetes".
Ya que sus sospechas se centran en Japón, y allí no pueden proceder a hacer nada por la vía legal, ha decidido contratar a un investigador privado para que localicen a su hija.
La pregunta es ¿y una vez que la localicen?
Nos remitimos de nuevo al caso de José María Cacho, cuyo hijo fue secuestrado por su ex esposa (de nacionalidad japonesa) y llevado a su país de origen.
Una vez que les localizaron, José María decidió viajar hasta Japón con la esperanza de recuperar a su hijo. Apenas pudo verle unos minutos.
Yo me encuentro en la otra cara de la misma moneda. Sigo casada con un japonés,del que escapé después de diez años de palizas a mí y a mi hija, y con el detonante final que fue quemarla vaciando os 5 litros de agua hirviendo, de la hervidora de agua.Consegui salir con ayuda de mi familia y otras organizaciones pues tenía nuestros pasaportes bajo llave. Y sigo casada con él porque él falsifico mi firma en un divorcio administrativo, del que omitió su hija,este no es registrable en España. Y Japón lo proteje también a él. En todos los aspectos, las asociaciones que me ayudaron también me dijeron que pusiera tierra de por medio, y que diera gracias de estar vivas, ya que lo consideraban una cuestión de suerte. En fin, conozco muchos matrimonios mixtos felices hispano-nipones, pero estos casos se tienen que saber. Japón tiene unas leyes en caso justicia familiar, que vulneran todos los derechosos que para un occidental nos parecen inalienables, más las leyes hacía los extrangeros, son absolutamente discriminatorias, cosa que a menudo nos pasa desapercibido por su aparente cortesía. Dejemos nuestro testimonio y nuestros logros. Para que otros no lo sufran, a día de hoy solo nos queda la impotencia y e dolor.
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