Compartir la custodia, signo de igualdad

http://blogs.elcorreoweb.es/editoriales/2010/09/20/compartir-la-custodia-signo-de-igualdad/

Compartir la custodia, signo de igualdad

Aunque la mayoría de las separaciones matrimoniales que se producen en Andalucía son consensuadas, ni siquiera el 10% de las parejas tienen la custodia compartida de los hijos.
El dato del Instituto Nacional de Estadística pone de relieve que la fuerza de la costumbre es un factor poderosísimo que resultará difícil de neutralizar aunque los cambios sociales empujen en otra dirección.

Tanto la jurisprudencia como la herencia cultural parecen dictar que, en caso de ruptura de la pareja, los hijos están mejor con las madres, sobre todo los de más corta edad, que con los padres, y en ese sentido se pronuncian la inmensa mayoría de los jueces.
Tímidamente comienzan a surgir movimientos en sentido contrario, asociaciones de padres en defensa de la igualdad que consideran urgente la revisión del estado de cosas actual.

Pero para que ello se haga efectivo es preciso empezar desde la escuela.
Mientras la inmensa mayoría de la población, mujeres y hombres, asuman como normal que el papel de cuidadoras corresponde a las primeras por ‘derecho natural’, no se podrá avanzar en un impulso efectivo de la custodia compartida.

El hecho es que muchos hombres, dado que lo tradicional es que la madre se ocupe de los hijos, ni siquiera reclaman la custodia llegado el momento de la separación, como si el procedimiento estuviera sujeto a la fórmula de “la casa y los hijos se los queda la madre y la pensión alimenticia y el régimen de visitas con cosa del padre”.
Y esto no tiene por qué ser así, sobre todo porque para el bienestar del menor lo ideal es una relación normalizada con ambos.

Así pues, conseguir que hombres y mujeres afronten situaciones como el divorcio en condiciones idénticas ha de ser necesariamente fruto de una verdadera educación para la igualdad.
Educación que afectará no sólo a los padres sino también a los jueces que habrán de dictaminar sobre las custodias.

El relevo generacional hará el resto.