12.07.10 A. SALAZAR MÁLAGA.
El juez decidió que ambos progenitores compartieran el cuidado y la educación de sus hijos a pesar de que su ex esposa estaba en contra.
«Lo mejor habría sido llegar a un acuerdo, pero ella se negó y yo quería pasar más tiempo con mis hijos», señala.
Aportó informes que demostraban que había resuelto sus problemas de horario de trabajo porque le habían concedido la jubilación anticipada, y que durante el matrimonio siempre se había hecho cargo de los niños.
Al final, pactó mantener una pensión de 300 euros para ella, pero compartir la guarda de los menores.
«Lo mejor habría sido llegar a un acuerdo, pero ella se negó y yo quería pasar más tiempo con mis hijos», señala.
Aportó informes que demostraban que había resuelto sus problemas de horario de trabajo porque le habían concedido la jubilación anticipada, y que durante el matrimonio siempre se había hecho cargo de los niños.
Al final, pactó mantener una pensión de 300 euros para ella, pero compartir la guarda de los menores.
Ahora, se reparten el tiempo con los niños: Eugenio los tiene desde el viernes a mediodía hasta el miércoles por la mañana.
El miércoles los recoge la madre y están con ellos hasta el lunes por la mañana.
El lunes tras el colegio, los recoge de nuevo. «Están conmigo 14 días y con su madre 16», indica.
El miércoles los recoge la madre y están con ellos hasta el lunes por la mañana.
El lunes tras el colegio, los recoge de nuevo. «Están conmigo 14 días y con su madre 16», indica.
Este trajín supone que los niños se muden de casa un par de veces por semana.
«Están siempre con la mochila a cuestas y es duro, pero sería peor si no tuviesen la figura de su padre cerca», dice Eugenio.
Los pequeños tienen 2 casas, 2 dormitorios, 2 escritorios con colores y libretas para hacer los deberes...
La solución, confiesa Eugenio, no es la ideal, porque siempre depende de la relación que mantengan los padres.
«Pero cuando te divorcias sigues siendo el mismo padre de siempre y no es justo que, si quieres seguir implicándote en la vida de tus hijos, la ley te lo impida», dice.
«Están siempre con la mochila a cuestas y es duro, pero sería peor si no tuviesen la figura de su padre cerca», dice Eugenio.
Los pequeños tienen 2 casas, 2 dormitorios, 2 escritorios con colores y libretas para hacer los deberes...
La solución, confiesa Eugenio, no es la ideal, porque siempre depende de la relación que mantengan los padres.
«Pero cuando te divorcias sigues siendo el mismo padre de siempre y no es justo que, si quieres seguir implicándote en la vida de tus hijos, la ley te lo impida», dice.
No es el único caso.
Antonio Anaya sigue luchando para conseguir la custodia compartida de su hijo de 10 años. «Tengo 60 años y desde que nació mi hijo yo me ocupaba de él porque tenía la jubilación anticipada y su madre trabaja; lavaba su ropa, le llevaba a clase, le acompañaba a las actividades extraescolares...», indica.
«Los niños deberían mantenerse al margen de los problemas de los padres», dice.
Tanto Eugenio como Antonio defienden la custodia compartida como opción preferente desde la asociación SOS Papá-Mamá.
Antonio Anaya sigue luchando para conseguir la custodia compartida de su hijo de 10 años. «Tengo 60 años y desde que nació mi hijo yo me ocupaba de él porque tenía la jubilación anticipada y su madre trabaja; lavaba su ropa, le llevaba a clase, le acompañaba a las actividades extraescolares...», indica.
«Los niños deberían mantenerse al margen de los problemas de los padres», dice.
Tanto Eugenio como Antonio defienden la custodia compartida como opción preferente desde la asociación SOS Papá-Mamá.
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