El peligro de ser mujer o el mal uso de las leyes

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El peligro de ser mujer: Se duplica el número de asesinadas a manos de sus parejas con relación al año pasado. Abril está siendo el peor mes desde 2004.

MAURICIO BUILES tiempo@grupozeta.es 16/04/10
HABÍA CIERTA EUFORIA y optimismo entre las mujeres cuando a comienzos de este año se revelaron los datos de violencia de género en 2009.
Según el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, hubo una disminución del 21% en el número de mujeres asesinadas con relación a 2008. Pero la buena noticia no duró.
Ese mismo mes comenzó una racha de muertes atroces que hasta la semana pasada sumaban 19 homicidios, 6 de ellos en abril.

Las alarmas están encendidas.
El último ejemplo de violencia machista tuvo lugar el domingo 11 de abril en Alicante, cuando una joven argelina fue tiroteada por su ex pareja en una discoteca.
2 días antes fue asesinada una mujer española de 47 años, también por su compañero, y el 6 del mismo mes, otra víctima, de 64 años, perdió la vida asesinada por su pareja.
Y así se extiende una lista negra que convierte a las mujeres en un género en peligro.

Pocas denuncias.
Para varias organizaciones no gubernamentales estas cifras son tan desalentadoras como preocupantes. Los logros obtenidos el año pasado parecen estar anulándose ante estas muertes.
“Lo que más nos llama la atención es que del total de fallecidas, menos de la mitad habían denunciado a su compañero”, declara a Tiempo Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas.

Y la explicación ante este fenómeno tiene que ver con lo que ella denomina la resistencia de algunas personas que ponen en tela de juicio estas denuncias.
Se refiere exactamente a un grupo de abogados y jueces que desde finales del año pasado han manifestado su preocupación por las falsas denuncias.
Aunque no hay datos estadísticos al respecto, es recurrente oír hablar de mujeres que aprovechan la nueva ley integral sobre violencia machista para denunciar malos tratos y obtener ventajas en sus divorcios que antes no tenían.

“Se estigmatiza al hombre y se protege a la mujer por el hecho de serlo”, dijo en diciembre Francisco Serrano, juez de Sevilla. Camino por recorrer.
Para Besteiro este tipo de declaraciones no ha hecho más que cohibir a las mujeres a la hora de salir de sus casas para denunciar.

Las macroencuestas del Ministerio de Igualdad revelan que al año se producen unos 400.000 casos de violencia de género, de los cuales se denuncian en torno a 100.000.
A juzgar por los datos estadísticos de este año, con relación a las muertes, las cosas parecen empeorar.
A esto se le agrega uno de los grandes problemas que están teniendo los jueces para proteger a las víctimas.
Es difícil obtener pruebas de cargo, pues normalmente los hechos ocurren dentro del domicilio y sin otros testigos.

Al ser consultada por esta ola de homicidios, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, instó no sólo a las mujeres, sino a sus vecinos, a que denuncien cualquier atropello.
Ella sabe que no hay nada nuevo por hacer.
Aunque la ley integral entró en vigor en 2005, la sociedad debe esperar un largo recorrido para que pueda ser implementada en su totalidad.
Es cuestión de educación y la experiencia ha demostrado que en esa materia los resultados son lentos.