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EL ACCESO A LA VIVIENDADIFICULTADESDESPROTECCIÓN OFICIAL
3 aspirantes a pisos sociales relatan las trabas para entrar en los sorteos: Los bajos ingresos son la principal causa de exclusión.
DAVID PLACER.BARCELONA.18.03.2010
Según las leyes autonómicas de vivienda, los pisos de protección oficial son aquellos que la Administración subvenciona para facilitar el acceso a un techo a los más desfavorecidos.
Pero en la práctica, para la mayoría de los aspirantes, las viviendas de protección oficial son un artículo de lujo inalcanzable, casi tanto como las viviendas de precio libre.
Más de la mitad de los inscritos en el registro único de Barcelona no pueden acceder a los sorteos de pisos sociales porque no tienen ingresos suficientes.
«La semana pasada fui a la oficina de vivienda a preguntar por qué no me habían llamado para ningún sorteo. Me dijeron que debía ganar unos 1.800 euros para poder entrar y yo apenas gano mil euros. Quedé sorprendida porque, si yo ganara ese dinero, no iría a pedir ayudas», explica Beatriz Conavese.
Las oficinas de vivienda (una por distrito) reciben cada día decenas de solicitudes de pisos sociales y ya han registrado 20.000 interesados.
Los bajos ingresos y tener pocos años de empadronamiento en la ciudad son los motivos por los que se rechaza a más aspirantes a los sorteos.
Mileurista.
Ornela Tano, una vecina de Gràcia, acudió ayer a la oficina de vivienda del distrito para pedir información de los sorteos oficiales. Los requisitos que le pidieron la hicieron desistir.
«Me dijeron que tenía que tener, como mínimo, un contrato y 3 nóminas. Como no las tengo porque soy autónoma, me pidieron una declaración de la renta, que tampoco tengo porque me acabo de hacer autónoma», explica Ornela.
«Al final me dijeron que con los pisos disponibles debería destinar el 40% de mi sueldo al alquiler, cosa que es imposible porque gano 1.100 euros», añade.
Tras la imposibilidad de acceder al registro único y a las ayudas del alquiler, Tano optará por reunir los 4.000 o 5.000 euros que necesitará para pagar el depósito de un piso de mercado.
Recién llegada.
Pese a la creencia popular, el acceso de los recién llegados a la ciudad (inmigrantes o ciudadanos de otros municipios españoles) a pisos protegidos es imposible al menos hasta que tengan 2 años de residencia continuada en Barcelona, si quieren alquilar un piso, y 5 si quieren comprarlo.
Lola Santos es una mexicana con nacionalidad española que lleva pocos meses en Barcelona e intenta obtener un piso social.
«Me piden declaración de la renta, que no tengo porque acabo de llegar, pero creo que el sueldo es suficiente para pagar un piso», dice.
El ayuntamiento ha prometido que comenzará a ofrecer pisos sociales para gente con pocos recursos. Si eso ocurre, la definición de piso protegido volverá a tener sentido.
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