Crisis en el PSM: Divorcio entre Gomez y Simancas

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La corriente crítica del PSM se desmarca de las 'familias': El socialismo madrileño sigue revuelto.
Fuentes cercanas a Simancas niegan que el ex secretario general esté detrás de la ‘revuelta’ contra Tomás Gómez.
En la refriega, la Plataforma Socialistas por el Cambio se atrinchera en el debate ideológico y en un proceso de primarias que necesita en última instancia el visto bueno de Ferraz.

Isabel G. Caballlero. NUEVATRIBUNA.ES 18.02.2010
¿Enfrentamiento entre facciones o enfrentamiento ideológico?
El Partido Socialista de Madrid vive uno de sus momentos orgánicos más delicados con la demoscopia como espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza.
Los trapos sucios, las viejas rencillas y el nerviosismo generalizado por una posible, no ya derrota, sino debacle electoral en los comicios de 2011 figura como la principal amenaza para la cohesión y el cierre de filas en torno a un proyecto y a un liderazgo capaz de desactivar el choque de trenes de las viejas familias, un cáncer que parece seguir regenerándose de forma muy peligrosa.

La noticia, publicada en estas mismas páginas, sobre el papel que pueda estar jugando Rafael Simancas en medio de tanto ruido creado por unos y otros ha caído como una bomba en propia trinchera provocando una reacción en cadena de los más cercanos al ex secretario general que niegan rotundamente dicho extremo.
“Simancas no quiere saber nada aunque está molesto y lamenta esta situación. Rafa siempre se ha negado a que haya simanquismo y nunca ha querido el enfrentamiento”, afirman tajantes los que bien le conocen y que achacan a la “desesperación” de Gómez y de su ejecutiva por “buscar un enemigo común” como el origen de esta noticia.

Sin embargo, y al margen de considerar si Simancas o los simanquistas mueven o no los hilos de la resistencia al parleño, las relaciones entre antecesor y sucesor no son precisamente buenas. Cabe recordar al respecto cuando Tomás Gómez, recién elegido secretario general del PSM, anunció la colaboración de Simancas en el denominado “comité de estrategias” del partido.
En ese momento, según las fuentes referidas, “Simancas le apoyó en todo, siempre tuvo la mano abierta”.

Desde entonces –añaden- “no le ha vuelto a llamar e incluso hubo intentos de intermediación entre ambos pero del ‘gabinete de estrategias’ no se volvió a hablar, dijeron que no lo iban a usar”.
Pues bien, si algo queda claro entre tanta distorsión informativa es el divorcio entre Gómez y Simancas.
No se hablan y el segundo está dedicado a su tarea como portavoz de Defensa del Congreso formando parte del equipo del Ministerio cuyas riendas lleva José Blanco, a su vez vicesecretario general del PSOE y, por lo tanto, una de las voces más autorizadas de la Federal.

Y si algo queda también nítidamente claro es que algunas de las personas que lideraron durante 7 años el partido junto con Simancas se han sentido desplazados por la actual dirección del PSM y en concreto por Tomás Gómez, ejemplo –dicen- de lo que es un “alcalde autoritario”.
Lo que lamentan estas voces es que Gómez no haya aprovechado la valía de esos dirigentes prescindiendo de ellos y condenándoles al “ostracismo”.

Algunos incluso le han reprochado personalmente su “falta de generosidad”.
Aunque también es verdad que ciertos cargos de relevancia de la actual dirección del PSM vienen de la etapa simanquista, como la portavoz en la Asamblea Maru Menéndez.
Pero si a alguien ha enturbiado el fantasma del simanquismo ha sido a los miembros de la recién creada Plataforma Socialistas por el Cambio, quienes no sólo niegan que Simancas esté detrás de ellos sino que también niegan con contundencia que los simanquistas estén utilizando dicha corriente para subirse al carro de las reivindicaciones.

Es más, se desmarcan de la viejas ‘familias’ con la mirada puesta en el debate ideológico.
“No voy a caer en la utilización de las viejas familias. Quien ha vuelto al viejo socialismo es Tomás Gómez”. Así se pronuncia César Giner, portavoz de esta corriente crítica que propugna el proceso de primarias para la elección de candidatos.
“Rafael Simancas es el pasado del PSM, con aciertos y errores, pero es el pasado. Nosotros somos un grupo de gente, jóvenes y veteranos, que trabajamos para que el PSM sea una alternativa seria de gobierno. La plataforma está abierta a todos”, dice y se pregunta a renglón seguido: “Pero, ¿qué es el simanquismo? Tomás Gómez ha sido ejecutivo con Simancas, y Rollán y José Cepeda” (actual presidente del Grupo en el Parlamento regional y en su día mano derecha de José Acosta).

Giner, que dice estar situado en la “centralidad”, se desvincula absolutamente de las viejas familias, de las “viejas escuelas” y reivindica el debate de las ideas.
Con un mensaje un tanto conciliador este diputado manifiesta su respeto por Tomás Gómez pero, “desde la lealtad” al proyecto socialista en Madrid, no cree que se estén haciendo las cosas bien, es decir, desde la óptica “socialdemócrata” que él reivindica.

Para explicarse, pone como ejemplo la adjudicación de suelo público en Parla para hacer un colegio concertado porque “está en contra de nuestro programa electoral y en contra de las resoluciones del PSM”.
Para el portavoz de esta corriente “no se está ejerciendo un liderazgo fuerte” y tampoco “hay voluntad por sacar partido a todo el potencial humano”.
Pero Giner no quiere hablar de enfrentamiento porque a su juicio dicho enfrentamiento “sólo se puede dar en primarias y ahí vamos a estar todos”, dice.

Los impulsores de primarias –para lo que se están recogiendo firmas- prevén que puedan celebrarse en septiembre próximo.
A día de hoy no existe un candidato alternativo a Gómez pero de lo que se trata es de “generar un consenso con la Federal”.
¿Por qué?
Porque según marcan los Estatutos del PSOE, la Ejecutiva Federal puede parar esta fórmula de elección en cada territorio si así lo estima conveniente, así que la última palabra la dará Ferraz.

En el trasfondo de toda la polémica está el miedo a la derrota electoral en 2011.
Los críticos a Gómez sostienen que según los sondeos internos, el PSM va camino de la “ruina” con un 27 % de respaldo en las urnas, lo que significa entre un 5 y 7 % menos de apoyos que con Simancas.
En ese sentido otras fuentes consultadas añaden 2 elementos preocupantes:
a.-el ascenso de UPyD, que puede restar votos tanto al PP como al PSOE; o
b.-la posibilidad de que se constituya una Plataforma electoral alternativa que supondría el “hundimiento de Izquierda Unida” y otro tanto para el PSM.

Desde luego que todo esto es preocupante, pero aún más preocupante resulta el hecho de que el electorado de izquierda en Madrid siga sin ver claro el horizonte del cambio.
Hace unos días, un compañero de profesión bromeaba con la situación de la oposición en Madrid: “La oposición en la Comunidad la elige Esperanza Aguirre, ella decide quienes son su oposición”. La ironía no deja de mostrar un síntoma: que la izquierda madrileña está hecha unos zorros y que el PP campa a sus anchas.
Y se lo ponen fácil, muy fácil, día a día, con enfados, resquemores y personalismos que a lo único que conducen es al hartazgo.