miércoles, 24 de diciembre de 2008

Papa Noel: ¿ Azul o Verde ?

http://www.elmundo.es/suplementos/nuevaeconomia/2005/306/1136674806.html
OPINION
La teoría de los colores en Navidad.
El rojo es el símbolo de la modernidad, del consumo alocado y efímero.
FELIX BORNSTEIN

Todos sabemos que el verde es el color que mejor representa la idea de la naturaleza.
Pero quizás no en todos sus estados y mutaciones.
Es difícil asociar el color verde a los huracanes, a una tormenta furiosa o a los demás meteoros de gran intensidad.
Dicho color, sin embargo, evoca muy bien la vida natural perpetuamente renovada, la alegría serena de la naturaleza como soporte impersonal de un mundo siempre agitado por la nerviosidad de los hombres.

María Moliner, refiriéndose al «rayo verde», dice que es un «destello vivo e instantáneo que se observa a veces al trasponer el sol el horizonte por el mar». Una bella manifestación de un universo en calma.

Estas imágenes cromáticas justifican la vestimenta original de Santa Claus (su otro nombre es Papá Noel), el viejo bonachón del Polo Norte que todos los años llena su trineo de regalos y, llegada la Navidad, los reparte a los niños buenos de los papás ricos.
Porque el color de Santa Claus -Sinterklaas en el original holandés- era mayoritariamente el verde, tanto en algunos países mediterráneos como en Gran Bretaña, donde la cultura germánica dio lugar a Father Christmas (Padre Navidad).
Y cuando no usaba el color verde, la tradición navideña echaba mano casi siempre de otros tonos apagados, como el gris, con el que se revestían los duendes barbudos de Suecia -los tomte-, o los genios noruegos y daneses (los nisse).

El verde es el color del tiempo lento, también en economía.
Responde a un ciclo productivo bastante monótono, rematado por un consumo que era siempre una serie de actos moderados sólo rota por la excepcionalidad e infrecuencia del lujo.
Haddon Sundblom, el dibujante de la empresa de refrescos de cola más famosa del mundo, probablemente pensaría lo mismo cuando, en la década de 1930, nos dio la estampa actual de Santa Claus, en la que su atuendo ya es de color rojo.
Sundblom popularizó la vestimenta roja de Papá Noel que aparecía, quizás por primera vez, en una postal navideña de 1885.
Father Christmas había muerto.
El capitalismo industrial empezaba a ser reemplazado por el consumo de masas.

En La Teoría de los Colores (1810), Goethe asignaba al color rojo la propiedad de la pasión y de la fuerza bruta.
El rojo es un color agresivo que denota sensualidad y desbordamiento.Todo en él es sociable, excitante y transmisor de energía.
El rojo infunde calor aunque la temperatura ambiente, en realidad, sea la misma.

Cada año gastamos más en compras de Navidad.
Apenas cabemos todos en las aceras comerciales y a veces nos resulta imposible encontrar una plaza de aparcamiento para los vehículos.
Nuestro lenguaje de comunicación con los demás son los codos y la bocina.
Somos rehenes de nuestros hijos, padres y amigos, que no se pueden quedar sin el obsequio del mejor de los cariños.

El vestido rojo de Papá Noel es el símbolo del amor exagerado, de la sangre, del amor a la sangre y también del cálido erotismo.
Termómetro de un calor que estalla aunque la temperatura invernal (y quizás sentimental) no haya variado durante los largos días de la Navidad, el color rojo es la metáfora de la principal actividad humana, una estación detrás de otra. Vivir es consumir.

No seré yo quien se oponga a esta expresión de mayor libertad, y menos con el tono moralizante del capitán de industria decimonónico al que tanto gustaba el verde invernal.
Yo, como buen columnista, sólo hablo de mi especialidad, que -les supongo al cabo de la calle- no es otra que la ciencia óptica.

Debo decir, a estos efectos, que hay 7 colores y que 3 de ellos son de naturaleza primaria.
Los 3 son sustractivos: al interponerse uno contra otro, cambian su color.
Pero la suma de los 3 da origen a la luz, que no es un color, aunque la identificamos con el color blanco.
Los colores primarios son el verde, el rojo y el azul.
¿Quiere esto decir que cuando veamos a Santa Claus vestido de azul veremos por fin la Luz?
No seamos rojos exagerados.
A los publicitarios, que son muy bondadosos, les gustaría regalarnos esta utopía.
Pero el mercado, como el color, está muy cerca del punto crítico de saturación.
Este año, una empresa de telefonía, de forma muy amena pero poco imaginativa, ha vestido a Papá Noel otra vez de verde. Pobre Papá.
Félix Bornstein es abogado.

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