Una trampa como otra: Maltratos a mujeres extranjeras

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17/sep/08 07:19
Edición digital LA MEDIA COLUMNA FRANCISCO AYALA

A UNO cristianamente considerando las cosas, no le parece del todo bien,porque habría que agotar los intentos de solución, que el ministro deTrabajo haya prohibido la contratación para trabajar a un inmigrante,cuando hay un español esperando por ese puesto de trabajo.
Considera, seguramente, el ministro que el inmigrante tiene en su país de origen las mismas dificultades que en España.
Pero uno no ve las razones por las cuales, desde el pasado día 9 de este mes, entró en vigor en toda España, incluido naturalmente Tenerife, el protocolo que pone enfuncionamiento una serie de medidas destinadas a agilizar los trámites administrativos para la concesión de la residencia española a aquellas mujeres que sean víctimas de malos tratos.

Y que estas mujeres extranjeras maltratadas tengan prioridad para conseguir la residencia en territorio español y adquieran preferentemente los beneficios de la nacionalidad, entre los que están las medidas de protección a su persona.
O sea, que en nuestro país, mediante unos trámites fáciles adquieren la nacionalidad española y el maltratador se queda en su país con 3 palmos de narices, porque, como venga aquí y se atreva a levantar la mano a su maltratada, va a chirona y lo someten a juicio.

Un 29% de extranjeras denuncian malos tratos.
Además, no tendrán que aguantar la pejiguera en la Oficina de Extranjería, que tarda hasta años para realizar una gestión, sino que van directamente a las oficinas de Violencia de Género, cuya existencia desconocía, que lógicamente actúan con más rapidez, por si se presenta el maltratador con el acostumbrado cuchillo de cocina y se carga allí mismo a su esposa o compañera.

Y ahora viene el truco para que las francesas, las italianas o las inglesas invadan nuestra tierra, pero con papeles y legalmente.
En su casa francesa o italiana o inglesa o turca, buscan a un falso maltratador que sólo ejerce de amateur, hace la comedia de que pega a la falsa víctima, la cual llega a España con el correspondiente certificado de maltrato... y ya la supuesta maltratada tiene su nacionalidad española y su DNI.

Un servidor acepta la cosa porque se trata de mujeres, y las francesas y las italianas, que son las que están más cerca, suelen estar bastante bien de tipo y tal.

Así, sí.
El método se parece al de las esposas de alquiler, que dicen que reciben cantidades de € por aceptar el casorio para que el marido adquiera la nacionalidad española.