domingo, 11 de mayo de 2008

Mujeres Justas y Hombres Honestos

Las mujeres justas y los hombres honestos
http://plafecom.blogspot.com/2008/05/cartas-al-director-publicadas.html
07/05/2008

Hoy en día, una mujer puede concebir y parir sin unirse sentimentalmente a ningún hombre. Nadie la señalará ya con el dedo.
No obstante, si decide formar una familia biparental, debe saber que el padre de los menores tiene respecto a ellos exactamente los mismos derechos y obligaciones que ella.
Por eso, ambos progenitores deben repartirse las tareas domésticas y todas aquellas relativas al cuidado y crianza del hijo común.

Parece obvio. Sin embargo, deja de serlo cuando el vínculo sentimental se rompe.
De repente, muchas mujeres:
1.-se autoerigen en las únicas que pueden realizar las tareas que compartían con su pareja,
2.-exigen la guarda y custodia exclusiva de sus hijos,
3.-se oponen a la custodia compartida con virulencia, y
4.-acusan en falso a su esposo (ante un Juez y ante quien quiera oírlas) a fin de que éste apenas se relacione con los hijos comunes.

A esas mujeres quiero hacerles la siguiente reflexión:
Pensad que habéis tenido un bebé, lo habéis amado, alimentado, y visto crecer, y que, de repente, os lo quitan para siempre y sólo os lo dejan ver unas cuantas veces a la semana. ¿No es desgarrador? Eso es lo que estáis haciendo vosotras con vuestros ex maridos.

Queridas congéneres: ya que la Justicia os lo pone fácil, excluid a los padres de la educación de sus hijos, dejadles en la más triste de las miserias: la miseria emocional, y estaréis contribuyendo a una nueva (pero no menos sádica) injusticia social, y a que, en el futuro, siga sin ser posible la igualdad entre géneros.

Creo que las mujeres justas debemos dar la mano a los hombres honestos y ayudarles en su actual lucha por la igualdad.
Ser capaces de ello es homenajear a las mujeres que fueron (y/o son) sometidas a los hombres.
Es ser dignas herederas de lo que nuestras madres y abuelas consiguieron, cogerles el relevo.
Es enseñar a nuestras hijas que son iguales a cualquier hombre.

Si no somos capaces de eso, no creemos en la igualdad: no nos distinguimos de los hombres que nos discriminan y nuestra identidad femenina es la gran mentira de esta era. ¡No lo consintamos! Mujeres, os reto a defender la igualdad: el padre y la madre tienen el mismo derecho/obligación a criar y educar a sus hijos. Y esos hijos, también tienen derecho a ello.

Compartiendo la custodia con los hombres, nosotras podremos desarrollarnos en todos los ámbitos (no sólo como "amas de cría"), en igualdad de condiciones que ellos.
¿Acaso no es eso lo que defendemos? Yo, sí.
Seamos justas y la Historia nos tratará con justicia. Nuestro complejo de España rancia y reprimida actúa sin piedad sobre la ciudadanía y sobre los poderes públicos, sobre las leyes y su aplicación, e incluso, sobre la "creación" de ministerios.

Ahora, la moda es ser "progre" y feminista radical. Lo que ya está pasado de moda es la verdadera igualdad entre géneros: la mujer, vapuleada durante siglos, ejerce su venganza social, haciendo valer su supremacía.

Pero, hay límites ¿o no? Algunas mujeres han visto en el dolor de otras (maltratadas, asesinadas, y un amargo etcétera) su oportunidad de utilizarlo de bandera, expropiándolo sin Junta de Compensación y atrincherándose en ideas paradójicamente "carcas" (disfrazadas de "progres") dado que, cuando esas mujeres se divorcian, no quieren ser iguales a los hombres: ellas son las únicas que pueden ostentar la guarda y custodia de sus hijos, al grito de "nosotras ´lo´ parimos, nosotras nos ´lo´ quedamos".

Y ¿quién grita por los niños?
Yo soy mujer y hoy quiero gritar. Quiero que los derechos de los niños estén por encima de los de los adultos; que nadie se crea propietario de sus vidas.
Porque es justo que esos angelitos estén con su papá, entre semana, más de seis horas.
Y que esos "papás" valientes que -aun siendo víctimas de la difamación falaz- luchan por la custodia compartida, a pesar de la ley, vean crecer a sus hijos en igualdad.

Son auténticos padres-coraje que aman a sus hijos (en vez de amarse a sí mismos a través de ellos). ¿Por qué tras el divorcio ya no pueden ser "iguales"? (...)

Yolanda Marroig Pons.
Palma

1 comentario:

  1. Desgraciadamente Yolanda no cuentas con una amplia mayoría de mujeres que apoyen tus palabras, es increible ver como alguien con quien tratabas de tú a tú, en cuestión de 10 meses y con el motivo expreso de tener un hijo en común, se crecen y te tratan con superioridad, cuanto mas lo transiges mas superioridad y lo cierto es que mas dura será la caida, la desgracia con la que empiezo el comentario, es la de nuestro bebé, qué tipo de educación tendrá, si como su madre, es incapaz de con 31 años aguantar en un trabajo mas de 1 año, si no quiere formarse para ello, si no puede emanciparse nunca, y si además la ley la otorga mi vivienda a la que renunció el día de firmar las escrituras por miedo al compromiso, y si además la otorga la mitad de mi nómina, no va a madurar nunca y por lo tanto nuestra hija tampoco,sólo espero que esta injusticia no dure tanto tiempo y pueda colaborar en su educación, pero si no cambia, estaré condenado al sufrimiento mas largo jamás imaginado y nuestra hija a la mala educación, a la falta de principios y a la falta de autosuficiencia de por vida, vaya forma de proteger al menor.

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