Escrito por la Asociación Renuka, os envío un breve comentario al manifiesto acerca del "pretendido síndrome del PAS".
Como sabéis, el PAS hace referencia a una conducta de menores por la cual, en el contexto de un divorcio, éstos denigran o participan en campañas de denigramiento hacia un progenitor de manera injustificada, pero en alianza con los intereses del otro progenitor e inducido por él.
Dicho fenómeno ciertamente fue sistematizado en la década de los 80 por el Psiquiatra infantil R. Gardner, pero ha sido estudiado por numerosos autores en multitud de artículos, tales como Jacobs (Síndrome de Medea 1998) o mas recientemente Turkat (Síndrome de la madre maliciosa 1994)
Recientemente se ha hecho público un manifiesto firmado por varios profesionales de medicina y salud mental sobre del PAS, acerca del cual la Asociación Renuka cree útiles hacer algunas puntualizaciones.
El comunicado se puede leer en la siguiente dirección:
http://firmasmanifi esto.blogspot. com/2007/ 10/profesionales -de-medicina- y-salud.html
Siguiendo el orden elegido por los firmantes:
1.-El SAP no es sino la sistematización que hizo R.Gardner de un fenómeno mucho mas antiguo (recordemos que el nombre de Medea hace referencia a un mito griego). Y existen otros paradigmas (como el de Clawar and Rivling, lavado de cerebro) que hacen referencia a los mismos hechos.
No obstante, si nos referimos exclusivamente a Gardner, es injusta la afirmación del manifiesto de que “Gardner no hace diagnósticos diferenciales precisos” al no tener en cuenta que la propia definición del síndrome exige que se hayan investigado previamente otras causas (la denigración ha de ser injustificada) .
2.-Mayor entidad presentan las alegaciones de este capítulo, y no por la inexistencia de repercusiones en los niños, muy numerosas, sino por la falta de especificidad de las mismas. Así, en niños adoctrinados, aparte de reacciones fóbicas o pseudofóbicas en relación con el progenitor alienado, aumenta significativamente (al modo de los “factores de riesgo”) la incidencia de fenómenos tales como dificultades escolares, depresiones, trastornos alimentarios, eneuresis, miedos, abuso de drogas, … (Clawar).
En cuanto al no reconocimiento en las actuales clasificaciones médicas, recordar que no presupone la inexistencia del hecho (¿acaso se puede negar la existencia del lavado de cerebro en niños o en adultos?) como muy bien conocen muchos de los firmantes del manifiesto que postulan un igualmente no reconocido “síndrome de la mujer maltratada”.
3.-Las intervenciones legales que se recomiendan en PAS severos ciertamente incluyen el alejamiento de la fuente de lavado de cerebro. Pues bién: dicha recomendación nace de la evaluación del resultado de las distintas soluciones ensayadas (Clawar).
Por otro lado, definir una situación de exposición a lavado de cerebro como de “respeto a los derechos” , “cría satisfactoria” , etc, sumado a las repercusiones del mismo expuestas sucintamente en el apartado 2, representa un grave error.
Y afirmar que es poner en riesgo a los niños si ven a su padre en caso de denuncias no fundadas, solo puede hacerse desde la ignorancia de la existencia de un alto porcentaje de denuncias instrumentales (Memoria del Instituto de Medicina Legal de Murcia, 2005), y del desconocimiento del hecho de que la madre biológica es la primera perpetradora de maltrato infantil (UNICEF 2003)
Respecto de las supuestas violaciones de la Deontología Médica, Psicologica o Legal esgrimidas por los firmantes, recordar que los Colegios Profesionales son los únicos legitimados para efectuar esas afirmaciones y, hasta ahora, no avalan las tesis de los mismos.
4.-Sonroja no ya al profesional sino simplemente al lector culto una argumentación tan exquisitamente “ad hominen” como la de este epígrafe.
Sin embargo, R. Gardner no es sino uno entre muchos de los estudiosos del PAS y no se sostiene que todos ellos, magistrados, psicólogos, médicos, etc compartan una misma ideología, menos aún pro-pedófila.
En cuanto al propio Gardner, negó enérgicamente en vida tal acusación.
5.-Obstrucción al vínculo progenitor-hijo, adoctrinamiento e inculcación maliciosa, lavado de cerebro, denuncias instrumentales (incluidas las de abuso sexual) no representan las únicas fuentes de maltrato en la infancia, pero si son fenómenos reales y sobradamente conocidos.
Llama la atención la nula protección que los firmantes ofrecen a la infancia contra situaciones como los citadas así como su falta de aportación al conocimiento de las mismas.
Asociación Renuka
28/11/07
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