http://www.elmundo.es/magazine/2004/247/1087486074.html
Los 10 tipos de solteros.
Los exigentes.
No están en contra del matrimonio o el emparejamiento análogo ni lo descartan, pero son tan exigentes que no encuentran la persona que les permita disfrutar y desarrollar su plena autonomía personal.
En la sociedad actual todos, en general, cada vez exigimos más del amor y de nuestras relaciones. Los convencidos y satisfechos.
Suelen ser introvertidos y sienten especial motivación por canalizar todas sus energías hacia objetivos profesionales, humanitarios o religiosos.
Su adhesión a la soltería puede ser fruto de una decepción o de estar convencidos de que libertad individual, profesión y familia son incompatibles.
Los autosuficientes.
En el fondo piensan que no necesitan a nadie y cultivan una larga retahíla de aficiones: son amantes de la lectura, el teatro, la música, los viajes… por eso prefieren la soledad.
Tienden a pensar que las relaciones con el otro son demasiado complejas y problemáticas.
Los rebeldes.
Quieren sentirse libres de cortapisas e imposiciones y suelen estar atraídos por actividades poco convencionales: viajes exóticos, naturismo, paracaidismo, otras culturas...
Sus amistades son compañías mutantes que mantienen mientras les proporcionen experiencias nuevas. Les aterra la rutina.
Los falsamente resignados.
Se presentan como modernos, dinámicos, liberados… y hasta se dicen felices, pero, cuando se rasca un poco no es difícil comprobar que se trata de solitarios amargados o de enamorados no correspondidos. No están en contra del emparejamiento ni lo descartan.
Los itinerantes.
No aspiran a desarrollar “el amor de compromiso e incondicional”, bien porque se sienten incapaces de fijar un compromiso “de por vida”, bien porque no se imaginan dedicados a atender las necesidades únicas de su pareja.
Sus rupturas sucesivas no son traumáticas ni inciden en su autoestima.
Los egoístas.
Huyen del riesgo de tener que compartir su tiempo, su dinero y sus aficiones con personas que les obliguen a sentir zozobras, limitaciones, enfermedades ajenas o, sencillamente, los diferentes estados de ánimo y fases que conlleva una pareja estable.
Quieren vivir de lo suyo y para sí mismos.
Los resentidos.
Han conocido varios fracasos sentimentales y han pasado por relaciones difíciles y hasta tumultuosas.
Su actitud suele atravesar dos fases muy claras: tras una primera de alejamiento total de las relaciones, vuelven a estar abiertos al amor, aunque con muchas prevenciones.
Los sufridores.
Este tipo de impares “padece” la soltería como si fuera una enfermedad que no les gusta, pero que aceptan a pesar de que para ellos supone convivir con su soledad, tristeza y añoranza de no tener a su lado a alguien con quien compartir el amor y la intimidad.
Los timoratos.
Es, quizá, el grupo más numeroso de lo que podría denominarse “solteros a la fuerza”.
Estas personas no se sienten con capacidad para afrontar y superar el miedo que les produce asumir la responsabilidad y entrega que supone crear una familia y sacarla adelante.
Añade el modelo que tu veas que falta a la Lista:....
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