miércoles, 10 de septiembre de 2014

Belleza, genética y divorcio

Los hombres más guapos tienen semen de peor calidad, según un estudio realizado en la Universidad de Valencia.

Hasta ahora, siguiendo la teoría de la evolución, en teoría las mujeres se fijaban en el atractivo de un hombre como forma de desentrañar sus bondades genéticas, incluida la calidad de su esperma. Cuánto más guapo les parece, más sanos, inteligentes y equilibrados serán sus hijos.
Este sistema de criba se denomina hipótesis del fenotipo relacionada con la fertilidad, y los experimentos que lo han estudiado siempre ofrecían los mismo resultados: las mujeres parecen guiarse por un sexto sentido que les hace sentirse más atraídas por los que mejores genes tienen, que suelen ser aquellos que les parecen más guapos.
 
Pero un reciente estudio echa por tierra esa creencia: los más agraciados de cara suelen tener de media peor esperma. Así lo asegura un trabajo realizado por científicos australianos, españoles y colombianos, que se ha publicado en el número de septiembre de la Journal of Evolutionary Biology.
En él estudiaron la calidad del semen de 50 estudiantes de la Universidad de Valencia. Por cierto, se descartaron aquellos que tuvieran barba, piercings o marcas de nacimiento. A continuación, enseñaron las fotos de cada uno de los estudiantes a un grupo de mujeres y hombres y se les preguntó si les gustaría que alguno de ellos fuera su pareja estable. A los hombres que vieron las fotos se les pidió que imaginaran la puntuación que les darían las mujeres.

Los investigadores también observaron otras características de los sujetos, como la forma de sus rostros o rasgos como el tamaño de sus mandíbulas o de sus ojos. Con ello pretendían identificar patrones clásicos de belleza masculina, por si correlacionaban con el resto de los datos estudiados.
Lo que sí que correlacionó fue la percepción de la belleza por parte de las mujeres y la baja calidad del semen. Es decir, los que les parecían más atractivos resultaron ser lo que peor simiente tenían.
Un resultado de lo más sorprendente que necesitaría ser replicado en condiciones similares para que tuvieran verdadera validez, porque contradicen años y años de investigaciones. Si Charles Darwin levantara la cabeza…

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