lunes, 31 de marzo de 2014

Divorcios, crisis e hipotecas

Las rupturas de pareja, además de los efectos que tienen en el ámbito personal y de los hijos, dado que exigen una reorganización en todos los aspectos, inevitablemente, conllevan una merma en los recursos económicos de la familia. En los últimos años este empobrecimiento se ha visto incrementado por factores externos; la crisis económica y las reformas legislativas..
Muchas parejas se encuentran con gravámenes hipotecarios muy por encima del valor de sus viviendas, con la imposibilidad de no poder acceder a nuevas hipotecas a título individual ¿los bancos no aceptan los ingresos de uno solo frente a la garantía común que tenían consolidada?, lo que da lugar a que muchas personas tengan que volver a residir en la casa de sus progenitores, incluso a contar con la ayuda de los descendientes, si ya son independientes.
Muchos hijos e hijas de padres separados reciben ayuda de sus abuelos. 
Podemos decir que las crisis de pareja, ya no tiene repercusión solamente en la descendencia, sino que, en muchos casos, afecta a los ascendientes. El concepto de familiar nuclear que se daba hace pocos años, vuelve a contemplarse en el sentido más extenso.
Desde la modificación del Código Civil del año 2005, se puede solicitar el divorcio sin que exista separación previa y sin alegar causa alguna. 
Las pensiones compensatorias se minoran en la cuantía y se reducen en el tiempo. Incluso la reforma de la Ley de la Seguridad Social de 2007 contempla que para el reconocimiento de la pensión de viudedad, también se tenga en cuenta el tiempo de matrimonio y situación de la pareja en el momento del fallecimiento. 
La puntilla es el devengo de tasas judiciales en muchos de los procesos de familia, que hace casi imposible acudir a los Tribunales. Si la decisión de separarse ha sido siempre una de las más importantes y de mayor repercusión en la vida de las personas, aún implica mayor trascendencia en la actualidad. 
Poder solucionar la crisis entre las partes mediante litigio, muchas veces depende de las causas de la ruptura, las cuales, sin que lo exija la ley, acaban aflorando.
Asciende el nº de parejas que conviven y tienen descendencia sin contraer matrimonio. Asciende también la conciencia social sobre la importancia de realizar acuerdos previos al matrimonio o bien al inicio de la convivencia de hecho que, en caso de ruptura, evitaría gran parte del posible conflicto.-

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