martes, 27 de agosto de 2013

La edad a la que se vive el divorcio de los padres influye en la relación adulta con estos


Confirmando científicamente lo que ya intuía la sabiduría popular, los resultados de una nueva investigación indican que vivir el divorcio de los padres tiene un mayor impacto sobre las relaciones del hijo o hija con sus padres si esa ruptura se produce durante los primeros años de su infancia. Quienes a corta edad en su infancia experimentan el divorcio de sus padres tienden a tener con ellos relaciones más inseguras cuando llegan a la edad adulta, en comparación con quienes no viven el divorcio de sus padres hasta una etapa posterior de su infancia o adolescencia.

Los psicólogos están especialmente interesados en las experiencias de la infancia, ya que su impacto puede extenderse hasta la edad adulta, pero estudiar esas experiencias tempranas es difícil, ya que los recuerdos de las personas acerca de acontecimientos concretos de su infancia varían ampliamente.  En cambio, el divorcio es un suceso muy apto para esa clase de investigaciones ya que las personas pueden informar con precisión sobre si sus padres se divorciaron y cuándo lo hicieron, incluso si no recuerdan todos los detalles de la ruptura.

R. Chris Fraley y Marie Heffernan, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, EE.UU, examinaron cronológicamente los efectos del divorcio tanto en las relaciones de la persona con sus padres como en las relaciones de la persona con su pareja o candidata a pareja, así como las diferencias en cómo el divorcio afecta a las relaciones con la madre y a las relaciones con el padre.
Los investigadores encontraron que los individuos cuyos padres se habían divorciado, rompiéndose así la familia original, tenían menos probabilidades de ver las relaciones actuales con sus padres como sólidas y seguras. Y las personas que vivieron el divorcio de sus padres antes de cumplir los 5 años de edad sentían como menos sólidas y menos seguras sus relaciones actuales con sus padres en comparación con aquellos cuyos padres se divorciaron más tarde en su infancia. Confirmando científicamente lo que ya intuía la sabiduría popular, los resultados de una nueva investigación indican que vivir el divorcio de los padres tiene un mayor impacto sobre las relaciones del hijo o hija con sus padres si esa ruptura se produce durante los primeros años de su infancia. Quienes a corta edad en su infancia experimentan el divorcio de sus padres tienden a tener con ellos relaciones más inseguras cuando llegan a la edad adulta, en comparación con quienes no viven el divorcio de sus padres hasta una etapa posterior de su infancia o adolescencia.
El equipo de investigación también comprobó que el divorcio de los padres se asocia en el hijo o hija a una mayor inseguridad en sus relaciones con el padre que en sus relaciones con la madre. Los autores del estudio atribuyen esta mayor inseguridad en las relaciones con el padre después del divorcio al hecho de que en la población estudiada, así como en otros países del mundo, la madre es más propensa que el padre a obtener la custodia del hijo o hija cuando el matrimonio se divorcia. 
Los investigadores constataron que las personas eran más propensas a tener una relación insegura con el padre si vivían con la madre, y, por el contrario, eran menos propensos a tener una relación insegura con el padre si vivían con él. Los resultados fueron similares con respecto a las madres.

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