martes, 28 de mayo de 2013

Aceptar el divorcio es como aceptar una muerte

.....es cierto, es demoledor, duele, pero no mata..
 Aprender a vivir: Divorcio, situación dolorosa

Cada persona que pasa por nuestra vida es única, siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.- Jorge Luis Borges, escritor argentino 
Con base en mi experiencia terapéutica, me parece que las raíces del divorcio están en las circunstancias y las expectativas que se tienen al momento de casarse. Creo que la mayoría tiene la idea de que nuestra vida va a ser maravillosa  o va a mejorar, ya que nadie daría ese paso si creyera lo contrario. Sería absurdo.
El divorcio es demoledor, es una experiencia de ruptura, de quiebre y para continuar viviendo es necesario juntar los pedazos de uno mismo. En este período de “duelo” surgen sentimientos profundos de desesperación, decepción, venganza, frustración e impotencia.
Lleva tiempo elaborar la pérdida del proyecto de vida que de pronto se trunca.
Por el ego herido, se presentan sentimientos de minusvalía, y cuestionamientos como: 
¿cuál fue el error?, así como miedo al futuro.
Hay que transitar 5 pasos parecidos a los que se atraviesan para aceptar la muerte.
  1. NEGACIÓN de lo que ha pasado, como: “Esto no puede ser”.
  2. CORAJE que se vuelca principalmente en otr@ atribuyéndole la culpa de esa situación.
  3. REGATEO que se da comúnmente respecto a los hijos (si los hay) igualmente en el reparto de las pertenencias al momento del divorcio (aunque éstas sean poco significativas).
  4. DEPRESIÓN, donde hay odio a sí mismo, sentimientos de culpa y sensación de “fracaso”.
  5. ACEPTACIÓN de la situación y de uno mismo; de aquí surge la esperanza: “Todo sucede para un bien mayor”.
Entonces, se llega al periodo de “RECONSTRUCCIÓN”, que necesita tiempo para que las partes de la personalidad que estaban paralizadas, reprimidas o desconocidas se hagan presentes y se entre a la siguiente etapa de la vida con nuevos bríos y sin la sensación de fracaso, dándose cuenta de que es una experiencia de vida para aprender lo que era necesario aprender.
Siempre se experimentan sentimientos dolorosos cuando termina una relación amorosa. 
Hay que reconocer que duele, es algo natural, saludable e inclusive BUENO, puesto que el dolor indica que “hay algo” que necesita curarse.
Sólo entonces comienza el proceso de ADAPTACIÓN en el que hay que darle tiempo al tiempo que siempre cura las heridas y continuar en el sorpresivo camino de la vida. 
¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

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