sábado, 23 de febrero de 2013

Después del divorcio, cómo "volver al mercado" y no morir en el intento

Tener intimidad. Algo simple y a la vez enormemente complicado, sobre todo cuando una mujer es madre divorciada. Los prejuicios a la hora de buscar un nuevo amor y la visión de los que nos rodean.
Fuente: El País (Por: Silvia C. Carpallo)22 de Febrero de 2013 
Maitena
Maitena

Hasta el momento de enfrentarte a un divorcio, digamos que tu plan de vida seguía el llamado "curso natural de las cosas". Conoces a alguna que otra rana de la que te encariñas, hasta que encuentras a tu príncipe, ese al que aunque de príncipe tenía poco, has sabido colocarle bien el traje. 
Un primer beso tímido, una primera vez tierna, y casi sin que te des cuenta, los años vuelan. Una casa, una boda, el 1º hijo, el siguiente, y todo apuntaba a un "felices para siempre", donde la última página del cuento eran dos ancianitos tomados de la mano, mientras tomaban té viendo atardecer en el porche. Las películas nos hacen daño hasta para eso, para asumir el verdadero final que a veces tienen las cosas.
Después de la duda, de la ansiedad, y del dolor, la tempestad deja lugar a la calma. 
Tienes claro lo que quieres y lo que no, pero añoras en parte algunas de esas rutinas tediosas, y sobre todo, añoras el tener a alguien con quien sentir de nuevo el calor bajo las sábanas. Puede que en esta etapa de tu vida no necesites un hombre a tu lado, pero quizás sí alguna compañía de vez en cuando.
Emocionalmente, has vuelto a los 15 años, a esa etapa de "me da vergüenza", de risas tontas, y a la vez, de ganas de absolutamente todo. Pero la diferencia entre una quinceañera hormonada, y una treintañera desatada, es el equipaje. Que no son sólo tus hijos, sino que es también un ex marido, sus padres, y los tuyos propios, que por muy mayor que seas, no dejan ahora de recordarte, e incluso ahora más que nunca, lo que debes y no debes ser, sin que apenas hayas tenido tiempo a pararte tú misma a pensar lo que quieres ser.

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