viernes, 17 de diciembre de 2010

La madre acusada de denuncia falsa niega que manipulara a su hija .

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La madre acusada de denuncia falsa niega que manipulara a su hija .
La vista judicial tuvo lugar en el Palacio de Justicia.


Viernes, 10 de Diciembre de 2010 , Nacho Gallego.
El juzgado de lo Penal nº 1 acogió ayer la vista judicial contra una mujer que denunció a su ex pareja, en el año 2003, por presuntos abusos sexuales contra la hija común.
Aquella denuncia quedó archivada provocando que el padre le acusara de denuncia falsa tanto a la progenitora como a la psicóloga que hizo el informe sobre la menor.


En la primera sesión judicial celebrada durante toda la mañana de ayer sólo pudieron declarar las 2 acusadas.
El resto de testigos acudirán a la vista señalada para el 20 de diciembre.
Las declaraciones de la madre, M.D.R., estuvieron marcadas por el dramatismo.
En su testifical indicó que decidió denunciar a su ex pareja al comprobar que su hija tenía una conducta extraña desde hacía meses.
La niña se mostraba muy agresiva y decía cosas extrañas (además presentaba falta de control de los esfínteres y complicaciones para relacionarse con los varones).
La madre llevó a la niña al psicólogo porque decía, tras una visita a su padre, que éste le había tirado libros y una mesa.
Según narró sólo quería saber si era verdad lo que la menor decía, aunque no presentaba ni marcas ni lesiones de ningún tipo.


Con las visitas a la psicóloga la conducta de su hija fue mejorando, pero en una de ellas la psicóloga le comentó que la niña podría haber sufrido abusos sexuales, ya que en varias de las sesiones le estaba contando algunas situaciones extrañas y de carácter sexual.
“Mi hija se comportaba de manera extraña, pero jamás pensé en eso”, dijo la madre.
“Me quedé espantada. No podía ni creérmelo. En ese momento me sentí perdida”, añadió la madre mientras se le escapaban las lágrimas al recordar todo aquello.
A partir de ese momento, la madre no pudo aguantarse las lágrimas en varias ocasiones y se mostró muy afectada durante el resto del interrogatorio.

“Nunca pensé que a mi niña le pasaba algo así”

Tras aquello le pidió a la psicóloga un informe que posteriormente acompañaría a su denuncia ante la Policía.
El problema es que cuando la niña acudió al juzgado a declarar (con el psicólogo y el juez) no contó las cosas que se relataban en la denuncia y el informe de la psicóloga e incluso llegó a decir que su madre le había dicho que manifestara esas cosas.
La acusada justificó esto diciendo que ella simplemente le había pedido que manifestara ante el juez todo lo que había dicho ante la psicóloga.


A preguntas de la defensa, la mujer negó haberle hablado mal de su padre a la niña, haber preparado la declaración de la pequeña e incluso que estuviera intentando perjudicar a su ex-pareja con todo aquel proceso judicial.
Proceso que, por otro lado, se había archivado porque las pruebas que se le practicaron a la niña dieron negativo.


“Nunca pensé que a mi niña podía estar pasándole algo así”, añadió la madre.
“Lo único que he sacado yo de todo esto ha sido sufrimiento para mi hija. El informe psicológico lo he leído una sola vez y no pienso leerlo nunca más. Es muy doloroso”, dijo respecto del informe.
Cuando ocurrió todo esto la acusada vivía en Málaga y su ex-pareja en Ceuta.
Estaba en proceso de separación y tenía un régimen de visitas con su marido para la hija que tienen en común.
Ese régimen cambiaba a partir de que la pequeña cumpliera 6 años y se volvía un poco más permisivo con el padre, que podía disfrutar de más días con la pequeña.
Su hija cumplía los 6 años el día 8 de agosto de 2003, lo que implicaría el cambio del régimen de visitas.
Según mantuvo el Fiscal, el padre de la niña había denunciado en varias ocasiones a su ex pareja por incumplir el régimen de visitas y no dejarle ver a su hija.
Todas las denuncias, no obstante, quedaron archivadas y de hecho se interpusieron tras la denuncia de la progenitora.


Por su parte la psicóloga recalcó que la primera vez que vio a la niña fue por una consulta cuando ésta tenía poco más de 1 año. Fue en 1998.
Aquella vez comprobó el estado evolutivo de la niña porque no andaba.
La siguiente vez que la vio fue en marzo de 2003.
Entonces encontró que la niña presentaba unas alteraciones en la conducta y se centró en tratarlas.


A partir del mes de julio fue cuando la pequeña “comenzó a contarme unas cosas terribles”. Hablaba de de una serie de juegos que hacía con su padre y que, casi siempre, tenían un alto contenido sexual.
Ella realizó entonces unas sesiones de entrevistas y sesiones de ‘roll-play’ para confirmar el tema de los abusos.
Las sesiones consistían en que la niña reproducía con gestos y acciones los juegos que hacía con su padre.
“Era una niña de 5 años con una conducta muy sexualizada y eso era señal de que estaba viviendo algo extraño”, dijo a preguntas del Fiscal.
“Yo creía firmemente en la versión que me contaba la niña porque no es tan fácil manipular a una niña de 5 años y las cosas que ella reproducía su madre no las sabía”, añadió justificando su conducta.


No le contó a la madre lo que estaba intentando confirmar hasta pasadas unas sesiones, ya en el mes de julio.
Entonces, a petición de la madre, emitió un informe en el que afirmaba que lo mejor para la niña era estar separada de su padre y que se suspendiera el régimen de visitas.
Así se hizo durante un tiempo.


Roce de informes

El Fiscal cree que ella se basó en lo que le había dicho la madre como sustento de su informe. La psicóloga explica que no fue así, sino que puso en práctica un protocolo de actuaciones que le llevaron a sacar sus propias conclusiones.
Asimismo dijo que pensaba que los trastornos conductuales de la pequeña eran la manifestación de lo que le pasaba.
Al Fiscal le extrañó mucho que la pequeña no contara nada sobre los juegos de contenido sexual en el juzgado.
La psicóloga dice que a ella no le extraña que no lo hiciera porque el hecho de que se lo contara a ella “fue el fruto del trabajo de muchos meses ganándome su confianza y haciéndola sentir segura”.
Asimismo cree que a la niña había que haberle hecho un seguimiento psicológico, y no haber sacado conclusiones con una única sesión, como hizo el forense.


De hecho el psicólogo de los juzgados dijo en su informe que la pequeña fabulaba sobre lo ocurrido.
El Fiscal trató de restar credibilidad a la acusada diciéndole que la psicología no es un ciencia exacta y que por tanto no debía haber hecho afirmaciones tan tajantes como que la pequeña era objeto de abusos por parte de su padre y que debía estar separa de él.
La acusada, por su parte, utilizó esta misma argumentación para contrarrestar el informe psicológico del forense del juzgado.
“Eso sí, si volviera a 2003 le aseguro que no me hubiera mojado ni un dedo del pie con la terminología del informe”, señaló.


La psicóloga aseguró que su relación con la madre era absolutamente profesional y que en ningún momento recibió más dinero del habitual por realizar un informe psicológico de la niña.
Asimismo afirmó que nunca tuvo la intención de injuriar y calumniar al padre y adujo que “no lo conozco y no tengo nada en su contra”.
En la sesión del próximo 20 de diciembre se escucharán las versiones de los testigos llamados a declarar por ambas partes.
Fiscal y acusación solicitan penas de cárcel para ambas.

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