lunes, 6 de septiembre de 2010

España:Fundamentalismo de género

http://www.eldiariomontanes.es/v/20100905/opinion/articulos/fundamentalismo-genero-20100905.html

TRIBUNA LIBRE: Fundamentalismo de género

05.09.10 FERNANDO TERÁN
Las falsas denuncias de maltrato y abusos sexuales en la España de género, se revelan, cada vez más, como un instrumento de persecución contra los varones.
Desgraciadamente este frase pronunciada por Mª. Paz Tejedor, psicóloga forense, en la revista Jueces para la Democracia no fue portada de ningún medio a nivel nacional.

Lo mismo que la mayoría de jueces y fiscales, los medios también miran para otro lado cuando se encuentran con una denuncia falsa, lo que añadido al hecho que hasta incluso el alto tribunal permita dar credibilidad al testimonio de la denunciante, a mí por lo menos me deja muy preocupado.

La presunción de inocencia existe como tal desde el Derecho Romano 'in dubio pro reo' y debe aplicarse a toda persona acusada en un proceso penal, mientras no se produzca sentencia firme condenatoria.
A la vista de que la presunción actúa como una garantía de derechos del denunciado frente al denunciante, ¿cómo es posible que en los medios regionales haya aparecido hace unos días la denuncia hacia una persona por presunto abuso sexual, con nombre, apellidos y foto incluida? ¿Nos hemos vuelto locos?
¿Cómo podemos invocar la presunción de inocencia y sin embargo nos permitimos destrozar su vida, sin haberse pronunciado aún los jueces?

Quienes así actúan les voy a poner un sencillo ejemplo:
imaginemos por un momento, que la vida de esta persona es una hoja que rompemos en mil pedazos y una vez rotos y esparcidos por el camino, intentamos recogerlos para recomponer de nuevo la hoja. ¿Usted cree que esto puede ser posible?

Si las estadísticas dicen que el 96% de la denuncias por abusos sexuales son falsas y me temo que esta persona tiene que estar pasando un momento extremadamente delicado, voy a ponerme de su lado, porque la misma estadística dice que la mayoría de las mujeres son capaces de fingir que han sido agredidas por un hombre y que sólo un 4% no fingen su abuso.

Sin ser conscientes del dolor que pueden infligir con su denuncia, se convierten con el amparo de nuestras leyes en víctimas y verdugos de una mentira que transforman en verdad sin calcular que la mentira no sólo alcanza al denunciado, sino a su familia y a su entorno que no le queda más remedio que asistir impotente al calvario que le ha tocado vivir y aceptarlo con resignación, sin olvidarnos de la vulneración de los derechos fundamentales del denunciado, lo que la convierte, dada la actitud judicial en un instrumento de persecución más próximo al fundamentalismo extremo, difícil de asimilar en una democracia avanzada.

Hoy también le quiero dejar una frase para pensar:
juzga a un hombre sólo cuando te hayas puesto en su lugar.
Que tenga un buen día.

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