domingo, 29 de noviembre de 2009

Los progresistas acomodados figuran entre los peores padres

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EDUCACIÓN: Los progresistas acomodados figuran entre los peores padres
• Un estudio dice que dan poco tiempo y afecto a sus niños, que son conflictivos
• El trabajo de la Fundació Jaume Bofill halla 4 tipos de familia en Catalunya

MAURICIO BERNAL.BARCELONA.28/11/2009
El tópico manda que son las personas sin formación ni recursos, descendientes de familias sin formación ni recursos, más cercanas a la pobreza que a la riqueza, apaleadas por la vida, las que crean las peores parejas, las que forman las peores familias y las que crian a los peores hijos, pero ayer Javier Elzo explicó que no: o que no solamente, al menos.

Sociólogo, catedrático de la Universidad de Deusto, tan conocido, con tanta experiencia y tan prestigioso que casi no hay que decirlo, Elzo presentó las conclusiones del informe elaborado con los datos de una gran encuesta realizada por la Fundació Jaume Bofill en la fueron interrogados hijos, padres y profesores.

Tal vez la más llamativa de todas las conclusiones es que junto a los desfavorecidos de toda la vida, algunos de los peores padres están en una franja de población privilegiada: buenos ingresos, buena educación, buena vida en general.
Más chocante aun: progresistas. Pero pésimos padres.
«No me hagáis decir –dijo Elzo– que todos los progresistas son así. Pero lo que sí que es cierto es que los que son así son más que todo progresistas».

¿Así? Se refería a uno de los 4 tipos de familia catalana que ha definido, etiquetado y llenado de contenido tras estudiar la encuesta: la extrovertida progresista. Valores de izquierda, permisividad en casa, pocos conflictos con los hijos... y muy poco compromiso.

QUE SE ENCARGUEN OTROS
«Hay una clara abdicación en lo que se refiere a la educación de los hijos –explicó el sociólogo–. Prefieren delegar en la escuela, en familiares o en personal de apoyo, esto último entre otras cosas porque se lo pueden permitir».

En resumen, los progresistas extrovertidos pasan poco tiempo con sus hijos, no son especialmente afectuosos ni proclives a las muestras de cariño y cultivan, probablemente sin saberlo, una especie de las menos queridas: los gamberros. Los antisociales. Los conflictivos. Los amigos de lo incívico.
«En este entorno es fácil hallar padres con una vida social activa, que dan más importancia a la promoción personal que a sus hijos. En estas familias faltan el cariño, los abrazos, las felicitaciones...»

La teoría del sociólogo vasco es que la familia, al menos como concepto, es una cuestión de derechas.
«Cuando desde las fuerzas conservadoras se valora tanto la familia parece que se crea la idea de que es una cosa de derechas. Y esa es una idea que se queda ahí».

UN DRAMA.
La tipología de Elzo, elaborada con todas las reservas y precauciones que supone el arte de poner etiquetas, incluye también a la familia tradicional introvertida, a la familia conflictiva y a la familia armónica.
La segunda es la del tópico: sin formación ni recursos, casi sin norte.
«Y es la que exige mayor atención por parte de la administración», advirtió el sociólogo vasco.

Conflictos por la forma de vestir de los hijos, por los amigos, por el dinero, por la hora de llegada, por las tareas domésticas. Según Elzo, «un drama».
A la tradicional introvertida, el coordinador del estudio la calificó también como «la familia catalana tradicional»: discreta, «muy centrada en sí misma», conservadora y «con una cierta nostalgia de los valores que fueron».

Y la armónica... ¿qué decir de la armónica? Que es armónica.
Que es una balsa sobre un mar de aceite. «Todo aquí es maravilloso», sonreía Elzo. Curiosamente, es el tipo de familia con mayor porcentaje de inmigrantes.
«No puedo probarlo, pero creo que en este grupo está la inmigración integrada, mientras que en el de la familia conflictiva aparecen los inmigrantes que aún no se han integrado».

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