domingo, 8 de marzo de 2009

DSM, Salus Mental y el Sindrome de Alienacion Parental

http://www.papelesdelpsicologo.es/vernumero.asp?id=1659
DSM, SALUD MENTAL Y SÍNDROME DE ALINEACIÓN PARENTAL.
Adolfo Jarne Esparcia y Mila Arch Marín. Papeles del Psicólogo, 2009.Vol.30(1),pp.86-91:
http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/1659.pdf
http://www.papelesdelpsicologo.es/papeles.asp?numero=1129.Enero%2C+n%BA+1%2C+2009+&I1=%3E
http://www.cop.es/papeles

Universidad de Barcelona.
En el momento actual se constata un intenso debate sobre el denominado Síndrome de Alineación Parental que, entre otras cuestiones, se centra en la inclusión o exclusión del citado Síndrome en el sistema DSM.
En esta situación, una revisión y análisis de los fundamentos mismos tanto del DSM como de los conceptos de “salud mental” vs “enfermedad mental”, sientan las bases para tratar de delimitar más adecuadamente la realidad de la existencia de la problemática conocida como Síndrome de Alineación Parental.

Tras esta revisión y análisis, los autores proponen una ubicación concreta para la conceptualización del SAP.
Sin embargo, hay cosas que el DSM no es;
1.- no es la suma de conocimientos en la enfermedad mental humana;
2.- por definición acoge sólo el conocimiento sobre el que hay cierto consenso desde una perspectiva determinada, la de la APA, aceptada implícitamente por la mayoría de profesionales y científicos, como hemos visto.

Lo que sabemos sobre los trastornos/enfermedades mentales va mucho más allá del DSM. Las intervenciones y tratamiento, por definición están excluidos del manual, presentaciones clínicas, formas atípicas y otras que no lo son, cursos clínicos, epidemiología más precisa, factores implicados de naturaleza de todo tipo; cerebrales, sociales, culturales, psicológicos, de personalidad, etc., etc., y naturalmente, multitud de síndromes, trastornos, posibles enfermedades, situaciones clínicas con las que los profesionales pelean diariamente y que no están incluidos en el manual, o lo estuvieron y "saltaron" o están en "lista de espera" o cualquier otra posibilidad.

En esencia: no existe sólo lo que el manual nombra, existe lo que vemos en la práctica profesional de cada día.
Las cosas existen al margen de que se les nombre "oficialmente".
Desde esta perspectiva, el DSM no es un manual que aborde los problemas relacionados con la salud mental sino con la enfermedad y los trastornos mentales y aún con éstos se mueve en medio de una gran ambigüedad.

El resumen es que el sistema DSM no define salud mental sino enfermedad mental y aún así con un alto nivel de indefinición, valga la redundancia.
La demostración de ello es que:
1.- tiene grandes dificultades para abarcar la globalidad de la clínica que atendemos los profesionales de la salud mental (psiquiatras, psicólogos, etc.) o
2.-bien porque no la reconoce a pesar de que existe como es el caso del Síndrome de Estocolmo, el Síndrome de la mujer maltratada o el trastorno ansioso/depresivo; o
3.-bien porque la reconoce pero difícilmente encaja en esta definición, como es el caso de numerosas dificultades relacionadas con el aprendizaje escolar; o
4.-bien porque representan una nueva realidad clínica que difícilmente puede estar recogida.

Pues bien, en este apartado se describe un subapartado que se denomina "problemas de relación", que se definen como "patrones de interacción entre miembros de una unidad relacional que están asociados a un Finalmente, dentro de la categoría "problemas de relación" se incluye "Problemas paternofíliales" caracterizados porque "El objeto de atención clínica es el patrón de interacción entre padres e hijos (p. ej., deterioro de la comunicación, sobreprotección, disciplina inadecuada) que está asociado a un deterioro clínicamente significativo de la actividad individual o familiar o a la aparición de síntomas clínicamente significativos en los padres o hijos" (APA, 1995 pág. 696) .

Una vez más pensamos que, de nuevo desde una perspectiva descriptiva, el SAP encaja en esta categoría ya que existe un evidente deterioro de la comunicación entre padres e hijos, asociado a la posibilidad de un deterioro de la actividad individual, y, sin ningún tipo de duda, a un deterioro de la actividad familiar y de nuevo la posibilidad de aparición de síntomas clínicamente significativos en los padres o hijos.

De ello se deduce que esta categoría diagnóstica no es el SAP, simplemente el SAP puede quedar bajo su paraguas si por algún motivo fuera necesaria su adscripción a una categoría diagnostica del DSM.

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