martes, 17 de junio de 2008

Noruega: El Telefono para Maltratadores y Maltratados

http://www.elcorreogallego.es/index.php?option=com_content&task=blogsection&id=8&Itemid=11&idMenu=5&idNoticia=313390 MALTRATO
UN DUDOSO RECURSO
Así funciona el teléfono en Noruega. Pueden llamar los maltratados y los maltratadores.
A éstos, en el futuro número de ayuda español, sólo se les recomendará que se entreguen a la Policía.
SIGNE PROIS J. GÓMEZ

Buenos días. Pego a mi mujer cada vez que nos enfadamos.
Intento reprimirme, me digo que no puede volver a suceder.
Pero cuando discutimos pierdo los estribos. ¿Qué puedo hacer?".

Esta confesión es igual a decenas de las que el año pasado recibió el Mannstelefonen.
Una línea telefónica noruega de ayuda para hombres que la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, citó esta semana como modelo del número que España pondrá en marcha para combatir la violencia machista.

Ese teléfono, que el lunes era para maltratadores, según la novicia y contradictoria ministra, pero el martes ya no, en Noruega sí lo es, y menos mal, según Bjçrn Lçvland, portavoz de Reform, centro de ayuda para hombres, financiado por dinero público, que gestiona el Mannstelefonen.

"La única manera de combatir la violencia es reducir la cantidad de maltratadores. Están desesperados y necesitan consejos para dejar de golpear a sus mujeres".
El delegado para la Violencia de Género, Miguel Lorente, confirmó a Crónica que lo único que se dirá a los maltratadores que marquen la línea caliente española, en funcionamiento a principios de 2009, "es que se autodenuncien ante la Policía".

CONTAR HASTA DIEZ.
La línea de asistencia noruega, con menos remilgos, ha conseguido evitar muchos casos de malos tratos en sus 25 años de existencia.
En ocasiones, con consejos poco sofisticados: "Lo primero es recordarles que la responsabilidad de la violencia es suya. Luego les damos meras recomendaciones prácticas, como alejarse cuando están enfadados, respirar profundamente, contar hasta 10 ó 20... y, finalmente, les informamos sobre posibilidades de terapia y tratamiento", relata Lçvland.

En Oslo, son 16 los voluntarios que se turnan en un despacho enmoquetado de la asociación para responder a un teléfono blanco.
La única decoración es un cartel con un anuncio de esta línea de ayuda, una foto de un panel de herramientas.
Entre el martillo y las viriles tenazas, se ve en rojo el surco de un auricular.

No son especialistas.
Aunque hay algún terapeuta, también coinciden administrativos, profesores y hasta un peluquero.
"Todos han pasado por alguna experiencia dura. Todos han tocado fondo alguna vez en su vida", añade Lçvland. Y todos son hombres.

El Gobierno español no descarta que haya mujeres entre quienes respondan al teléfono.
El coste es el de una llamada normal y el horario, de 17 a 20 horas.
Los fines de semana no está activo, para evitar las bromas, aunque hay un segundo teléfono para emergencias.

Casos extremos que no suelen ser de maltratadores.
"Mire, mi mujer me pega, me insulta, me anula delante de mis hijos y no sé adónde acudir. Nadie me cree ".
Las llamadas de hombres maltratados son de especial gravedad, según el responsable de Reform. 8 de cada 10 presentan tendencias suicidias.

En Noruega, un país de 4,5 millones de habitantes, el 27% de las mujeres dice haber sido víctima de la violencia (el 9% con peligrosidad), así como el 20% de los hombres (el 2%, con peligrosidad).

De las aproximadamente 1.000 llamadas que Mannstelefonen atendió en 2007, el 30% pedía información por problemas de convivencia o divorcio, el 28% por su estado mental y el 19% por situaciones de violencia.

Estas últimas quedarán fuera del teléfono español.
Y no sólo las efectuadas por agresores (el 85% de ellas), sino también el 10% realizadas por hombres agredidos.
Un colectivo también numeroso en nuestro país -el 10% de las denuncias por maltrato son firmadas por hombres-, pero olvidado por Bibiana Aído en sus múltiples declaraciones de esta semana y también por Lorente en su conversación con este suplemento.

"En España no se dará ayuda ni respuesta a maltratadores. Los usuarios potenciales del teléfono serán hombres en situaciones de crisis, conflicto o dudas. Situaciones todas ellas que pueden derivar en violencia", explicó el delegado para la Violencia de Género.

Los responsables del neonato Ministerio de Igualdad detectaron un alto número de llamadas de hombres al 016 (teléfono de atención a mujeres maltratadas), lo que empujó a crear la futura línea.
Gente que marca esos tres números para insultar al feminismo, preguntar por qué existe un Instituto de la Mujer y no del hombre, cómo solucionar la tutela de los hijos en caso de divorcio, jóvenes que cada vez quieren controlar más a sus novias y no se sienten a gusto...

"Hola, les llamo porque me he separado y mi mujer, la muy caradura, me ha dejado en la calle. Y no tengo dónde ir".Esta sería, según Lorente, una de las preguntas estándar que atenderá el futuro teléfono del desahogo.
"Lo primero será explicarle que su mujer no se ha quedado con su piso, sino que el juez ha decretado que allí vivan sus hijos y que la custodia es de la madre. Después, por ejemplo, informarle sobre las ayudas al alquiler para hombres separados".

Noruega no es el único país extranjero en el que existen teléfonos semejantes de ayuda.
En Finlandia, Dinamarca, Reino Unido, Alemania, Austria y Holanda existen soluciones similares. En Estados Unidos también existen líneas de atención para hombres maltratadores.
Aunque la mayoría se limita, como el Men's Resources Center, de Michigan del Oeste, a convencer a los hombres para que acudan a sesiones de terapia.

SER DUROS.
"A los hombres se les enseña desde niños un patrón de comportamiento basado en ser duros, en reprimir muchas de sus emociones", explica Al Heysteck, director del Men's Resources.
"Por esta razón, cuando aparece un conflicto, muchos hombres no expresan sus sentimientos, no saben negociar con sus emociones, sino que las van ahogando hasta que llega un momento en el que explotan".

Bjçrn Lçvland anima al Gobierno español a abrir su línea caliente a todos aquellos que lo necesiten.
"Me acuerdo de un hombre que nos llamó. Notaba que sus hijos empezaban a comportarse como él: eran violentos, intimidaban a su madre...
El hombre había sido maltratado en su niñez y lo convencimos de hacer una terapia. Al final del curso, contó que había estado conduciendo con sus hijos cuando se cruzó otro coche, cuyo conductor le provocó. Antes habría ido a buscar pelea. Consiguió utilizar la técnica que le habíamos enseñado y, cuando miró por el retrovisor, vio a sus dos niños con los ojos vidriosos. Uno le dijo: "¡Has mejorado tanto, papá!". Y todo por una llamada".
Con información de Ricard González.

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