miércoles, 9 de mayo de 2007

Vivir en un Camping después de la Ruptura de Pareja

Encontrado en el Blog: El de la Calle 42
http://calle42.nireblog.com/post/2007/01/22/el-camping-se-ha-convertido-en-la-vivienda-alternativa-para-divorciados-sin-recursos

El camping se ha convertido en la vivienda alternativa para divorciados sin recursos

La Federación de Padres y Madres Separados reclama más viviendas de protección.
La custodia compartida, uno de los puntos más conflictivos de la nueva Ley, sólo se aplica en casos de mutuo acuerdo.

Donostia.
Les da vergüenza hacer pública su situación. Temen ser reconocidos por sus hijos.
Han llegado a tocar fondo después de haber disfrutado de un nivel económico más que holgado.
"Ahora viven en un camping y muchos no lo asimilan; es algo que jamás habrían imaginado", describe Justo Sáenz, presidente de la Federación de Euskadi de Padres y Madres Separados, Kidetza.

La sangrante realidad que sacude a un número creciente de guipuzcoanos tras la ruptura matrimonial se complica con la obligación de abandonar la única vivienda que tienen. Como agravante, deberán continuar pagando la hipoteca de la casa en la que se quedan los niños, la ex mujer y el nuevo compañero de ésta. A partir de ahí se cierne el nubarrón.

El progenitor no custodio -cerca del 80% de los casos, casi siempre hombre- suele recurrir, en el mejor de los casos, a la vivienda de sus padres, donde pasa una temporada más o menos larga hasta que encuentra por fin un lugar donde sentar su nueva morada, normalmente un piso compartido de alquiler.

De poco le ha servido contratar a un buen abogado para llevar adelante el divorcio. El propio letrado le ha advertido de que se olvide de la casa -siendo privativa de él-, de la custodia y de parte de su salario.

Tras el acuerdo alcanzado por Kidetza en diciembre con la Consejería de Vivienda del Gobierno Vasco al menos hay más VPO para este colectivo, que también comienza a buscarse la vida en locales -les sale más barato, entre 48.000 y 60.000 euros- que encuentran gracias a la intermediación de la federación con las agencias inmobiliarias.

"Pero la mayor parte -según incide Sáenz- va a un piso compartido o se tiene que conformar con asentar su vivienda en un camping".
Este callejón sin salida, que es aún más oscuro en Bizkaia, donde hay personas que comienzan a vivir el "trauma" de dormir en el propio coche, ha impulsado en los últimos años a decenas de asociados guipuzcoanos de Kidetza a convertir una mobil home en un hogar más o menos confortable.

Nunca se sabe cuánto durará la estancia, siempre condicionada por el imperativo de una difícil situación. Tanto es así que al principio estas personas lo ocultan, hasta que se plantea el problema de dónde enviarles la correspondencia y se descubre la trastienda. "De ahí que acabemos sabiendo dónde residen", precisa el presidente de Kidetza.

Cambio de situación.
José Mari Gestoso, de 31 años, es encargado del camping Oliden de Oiartzun. La extensión de terreno permite albergar a unos 50 clientes de los que se establecen por largas temporadas. Pero las cosas, según dice, han cambiado en dos años. "Es verdad que antes le llamaban el camping de los divorciados, pero las largas estancias ya no las buscan tanto ellos como las familias jóvenes que están a punto de recibir un piso y quieren convivir antes un tiempo", precisa.

Este cambio de hábitos se debe, en buena medida, a los "comportamientos incívicos" que en ocasiones han observado. "Entre los diez que han pasado por aquí ha habido problemas por impagos y broncas", expone a modo de ejemplo, sin ánimo de hacer una descripción extensible a todo el colectivo.

Cuando la asociación de campings aborda en sus reuniones cierto tipo de clientela problemática, no es extraño que salga a la palestra este tipo de situaciones, según cuenta.
"No cerramos las puertas a los separados y divorciados, pero sí les exigimos cada vez más nóminas, avales bancarios e incluso meses por adelantado y fianzas para evitar impagos. Por ley, aquí no se puede vivir, y cuando llegan este tipo de personas es lo primero que decimos: son contratos de seis meses renovables, porque hasta ahora venían aquí como si fuera esto el paraíso", critica.

Pero solo quien ha pasado por esta situación sabe lo complicada que puede tornarse la vida cuando todo parece situarse en contra. Desde Kidetza aseguran que toda esta pesadilla "que viven cada vez más personas" podría paliarse con más viviendas de alquiler.

Para ello han planteado diferentes propuestas de modificación del IRPF, como incrementar la deducción fiscal por alquiler del 17 al 23%.
"Necesitan un piso para enderezar esa situación. Lo sorprendente es que esas ayudas fiscales, por el momento, sólo se han aprobado en Bizkaia. Es incomprensible, pero es así, y es una cuestión que incide mucho en los regímenes de visita: ¿cómo vas a llevar a tu hijo a un camping?", se pregunta Justo Sáez, que ha visitado varios y conoce las condiciones.
"Es una situación que lo único que hace es agravar el conflicto", sostiene.

La vida económica queda por los suelos, pero un pobre de solemnidad, según precisa el encargado del camping oiartzuarra, tampoco se puede permitir vivir en un camping, donde alquilar una mobil home , por ejemplo, cuesta 450 euros.

Sin Custodia Compartida.
El de la vivienda es un problema lacerante, pero no es el único. Para este colectivo es prácticamente imposible obtener la custodia compartida, puesto que para ello es necesario el acuerdo de la madre, algo que no le suele interesar, entre otras cosas, porque la pensión alimenticia va en proporción.

A pesar de que la nueva Ley del Divorcio -en vigor desde el 10 de julio de 2005- ofrece la posibilidad de que el juez dicte custodias compartidas cuando no existe acuerdo entre los cónyuges, en la práctica la situación está siendo bien distinta.

Así lo reconoce la abogada matrimonial Gloria Abanda, quien observa que las cosas están "igual que antes" de aplicarse la nueva normativa.
"Lo de la custodia compartida no es una práctica habitual porque sólo se están dando en casos de mutuo acuerdo, y hay muy pocas madres dispuestas a ello. Si ella no quiere, ya tenemos el lío", asegura.
La letrada ha solicitado una custodia compartida para uno de los pocos clientes que se la ha pedido. Ya le ha advertido que lo tiene francamente difícil. "Sigo pendiente de sentencia, pero internamente en el Juzgado sólo se concede en supuestos de mutuo acuerdo", recalca.

Sobre el papel, esta figura debería ser una evolución lógica dentro del derecho familiar, partiendo de la base de que el niño no es una posesión discutible. Pero lo cierto es que su aplicación está encontrando por el momento muchas piedras en el camino.

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